Sin duda, Going green es una causa por el bien individual y el bien común, en el sentido más extenso de la palabra.
Hay que ver a esos pobres peces ahorcados con plásticos y niños jugando encima de montañas de basura para darse cuenta que hemos abusado de los recursos del planeta y que no todo es inagotable ni abundante. Recientemente hice un viaje con mi familia. Visitamos un centro de rehabilitación de orangutanes huérfanos y los vimos también en su hábitat, donde pertenecen, en un parque nacional protegido en la isla de Borneo. Nadie me preparó para la maraña de sentimientos que iba a experimentar.
Siempre asumí que going green solo me generaría sentimientos positivos; al fin y al cabo, es por hacer un bien al planeta y a todos los que existimos en él. En mi vida había venido haciendo pequeños cambios pero después de este viaje decidí hacer cambios más radicales, y con esto se me vino un tsunami de otros sentimientos no tan agradables.
Arrepentimiento
Pensar en la cantidad de plástico que he dejado atrás y que seguirán por siglos después de mi muerte, me generó arrepentirme de mi ignorancia y de no haber hecho más en el pasado.
Culpa
Hacer cambios radicales no es fácil y cuando he caído en la comodidad y por ejemplo, compré esas galletas y maquillaje que tienen aceite de palma no sustentable, me sentí fatal. Acaso no estoy más informada ahora? Bueno, ya he hablado que hay que superar la culpa por lo que traté de hacerlo un sentimiento pasajero.
Vergüenza
Salir a los cuatro vientos dando sermones de los cambios que el mundo requiere, sin duda ha producido un poco de vergüenza al ver la reacción de otros que no están en el mismo proceso. Ni modo, uno trata y se aguanta que lo vean como raro que al fin y al cabo yo estaba ahí.
Enjuiciado
Hoy en día ‘going green’ no es mainstream y hay quien juzga porque no haces suficiente: pues que no estabas muy comprometido?
Pero a pesar de estos sentimientos, hay que poner por delante nuestras prioridades. Soy optimista y creo que todos, tarde o temprano, forzados o no, iremos por el mismo camino. En él sin duda hay tropiezos y mucho por aprender. Tal vez somos esa generación que sin quererlo nos toca ser parte de grandes cambios, como los tecnológicos a los cuales nos hemos adaptado sin tantos obstáculos. De igual forma creo que nos toca ser la generación que tendremos que hacer cambios en nuestro estilo de vida para asegurar el bienestar de las siguientes generaciones.
Si estás embarcándote en este camino going green, prepárate para algunos de estos sentimientos porque el orgullo de saber que estas contribuyendo a un bien común por encima de todo nadie te lo quita.
Gabriela Romo es psicóloga, trabaja con la comunidad latina del área de Washington, DC y tiene un programa de radio semanal en América 900 AM. Síguela en Facebook , Twitter (@romocounseling) o envía un email con temas que te interesen a [email protected]