El consumidor de hoy está cada vez más consciente de lo que ingiere, es decir, se fija más en los ingredientes que contiene una bebida, una botana o comida enlatada, además de exigir que todo lo contenido en un envase sea natural y sin químicos, por ello cuando se encuentra con un producto que no cumple ciertas características pide le devuelvan su dinero o cambien el etiquetado.
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Tal es el caso de la salsa de tomate más famosa en el mundo, Heinz Tomato Ketchup, que en Israel se está enfrentando a una situación que pone en aprietos el branding de la marca, pues la secretaría de Salud de aquel país, ordenó que se re etiquetaran los envases y poner “condimento” en lugar de salsa.
Esta medida responde a una denuncia presentada por Osem competencia directa de Heinz, en la que argumenta que el producto contiene menos del 10 por ciento de sólidos de tomate, lo que no la hace una verdadera salsa, por lo que no puede ser nombrada legalmente como siempre se le ha conocido.
A pesar de que Heinz ya está trabajando para corregir esta medida, el hecho de que sea denunciado por mentir en su etiquetado puede causarle graves problemas pues su branding estará entredicho y los consumidores pueden llegar a considerarlo como una marca desleal y mentirosa.
