Una de las cadenas de comida rápida que ha tenido un segundo aire es KFC, que para reposicionarse en el gusto de los consumidores ha emprendido acciones de marketing promocional muy creativas, que dejan toda una experiencia de marca en su target.
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Desde cubetas que imprimen fotos, hasta mesas que tienen programadas canciones de nuevos talentos musicales, el fast food retailer ha sorprendido con sus campañas below the line logrando incluso que varias de ellas fueran nominadas a los premios Lions Cannes.
En esta ocasión para promocionar su Ricebox con pechuga de pollo (caja de arroz), la marca se asoció con la diseñadora Katie Eary, para montar en menos de una hora (tiempo necesario para un almuerzo) una pasarela con una de sus colecciones de moda.
Con esta acción de marketing promocional, la marca demuestra que sabe cómo mezclar sus productos en divertidas activaciones en la que el público objetivo está bien definido: los millennials.
