El contenido ha adquirido una relevancia fundamental para las marcas, ya que por medio suyo no sólo se pueden promocionar, sino que también pueden ofrecer un valor extra al público meta a través de información relevante y útil, al mismo tiempo de que también sirve como un canal para posicionar la firma. Una de las principales tendencias que han surgido en este campo es lo que se conoce como fast content, sin embargo, ¿es para todo tipo de marca? En las siguientes líneas hablaremos más al respecto sobre este tema.
Antes de entrar de lleno en la situación, es importante retomar una breve definición de lo que es fast content: se puede definir como el contenido que genera una marca, cuya principal característica es que es sintético (para ser consumido rápidamente), pero no por esto debe ser de una calidad inferior.
Sin embargo, hay marcas, por ejemplo las de tecnología, que no pueden explicar tan sencillamente como funciona por medio de un gif o de una infografía, por lo que necesitan optar por otro tipo de contenido más extenso.
Al momento de decidir si se puede utilizar el fast content o no, es conveniente tomar en tanto el tipo de información que desea transmitir la marca y el público meta al que va dirigido.
Por ejemplo, si la marca que quiere trabajar con el fast content trata sobre temas relativamente complejos, la industria farmacéutica especializada, lo mejor será no escatimar espacio para explicar a detalle aquello a lo que se dedica.
Si la misma empresa de nuestro ejemplo se dirige a gente que no acostumbra consumir contenidos en formatos como el gif, el video o la infografía, difícilmente podrá tener éxito el fast content. Lo mejor es realizar una investigación previa para considerar todos los factores involucrados.