A poco más de un año de que Andrés Manuel López Obrador fuera elegido como el presidente de México por poco más del 30 por ciento de los votantes (de acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral, INE), se han comenzado a visibilizar distintos problemas que han deteriorado severamente la salud de la nación. Sin embargo, uno de los que ha causado mayor preocupación en los últimos días en la sociedad en general es la violencia y la inseguridad que se experimenta en la nación: hace alguna semanas de difundió información sobre las intensas balaceras que, durante horas, se vivieron en Culiacán, Sinaloa; empero, un nuevo y cruento capítulo se escribió el día de ayer, cuando la familia LeBarón se transportaba de Sonora a Chihuahua, en cuyo trayecto fueron emboscados y cuyo saldo fue fue de tres mujeres y seis menores de edad fallecidos, además de otros seis menos de edad desaparecidos, de acuerdo con información de El Universal y de Milenio.
Sin duda alguna, los costos de la inseguridad en términos de vidas humanas son incalculables e incuestionables. Cada una de las sanguinarias muertes de la familia LeBarón se suman a un cruento récord que lastima la vida nacional de las personas. Sin embargo, esta lamentable situación nos hace pensar qué tanto se pierden en términos económicos con la inseguridad.
De acuerdo con datos de Plumas Atómicas, tan sólo durante el 2017 en México se registraron 33.6 delitos, lo cual se puede traducir en pérdidas por aproximadamente 300 MDP, cifra que fue equivalente al 1.65 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. No obstante, las pérdidas de bienes materiales no son los únicos costos de la criminalidad que se vive.
Hechos como los que vivió la familia LeBarón (crimen cuya causa no ha sido esclarecida con totalidad y que ha llamado la atención de distintos mandatarios como Donald Trump, que ha ofrecido su apoyo a México para hacerle frente a los grupos criminales que operan en el territorio nacional), tienen un impacto en la marca país de México. ¿En qué sentido? Si no se le puede brindar seguridad a las personas en la nación, esto desalienta el turismo, una de las principales fuentes de ingreso del país.
Si no hay certezas en términos de seguridad, los inversionistas pierden el interés en destinar su capital en negocios dentro del territorio nacional, lo cual representa pérdidas en empleos y en la capacidad monetaria de las personas, por lo que, en consecuencia, el consumo se ve severamente afectado.
A pesar de que Andrés Manuel López Obrador y su gabinete se ha comprometido en la mañanera de este 5 de noviembre a esclarecer los hechos y encontrar a los culpables (de modo similar al compromiso que se se hecho cuando sucedieron las balaceras en Culiacán); habrá que esperar la respuesta y la velocidad de acción de la Guardia Nacional y de los organismo militares.