Frances Haugen está abriendo la boca y soltando la sopa. Ex empleada de Facebook desde la semana pasada ha declarado en los medios y en el senado de EE.UU que los algoritmos del corporativo digital de Mark Zukerberg han sido muy tendenciosos en cuanto al manejo de sus algoritmos de contenido para con los niños y adolescentes. Creando adicciones a las redes sociales y trampas a la autoestima. Que siempre lo han sabido y que sus intereses materialistas siempre han estado por encima de todo. Sin importarles su comunidad de más de 3 mil millones de usuarios.
Frances está muy bien armada porque antes de irse de Facebook ha filtrado documentos internos de la marca digital que tenía en su poder como gerente de producto en donde las red social sólo ha invertido en campañas retóricas de relaciones públicas y no ha resuelto en el fondo los riesgos que genera su contenido y el uso de sus perfiles en cuanto a la violencia, la desinformación y las noticias falsas. Recordemos que la red social, mediante Cambridge Analytica engañó a millones de usuarios radicales en Norte América para confrontarlos ideológicamente mediante herramientas de micro focalización y con todo esta movimiento ayudó en mucho a ganar las elecciones a los estrategas del presidente Trump.
Muchas de las filtraciones internas de Frances y otros ex empleados denuncian que Facebook trató de manera discrecional a sus usuarios. Distinguiendo a políticos, artistas y empresarios de otros usuarios de a pie. También hay un gran elefante blanco en la habitación: Instagram. Que ha sido una red social fake que según algunos estudios genera mucho estrés y ansiedad en los jóvenes por estar delgados y vivir en estado filtro. Y que según estudios y encuestas de The Wall Street Jurnal, 32% de los usuarios adolescentes que usan Instagram se sienten mal con su cuerpo después de meterse a esa app.
Facebook cotiza en la bolsa de EE.UU con un valor estimado de más de un billón de dólares y más del 60% de las personas que tienen Internet en el mundo están conectadas a esta red. Así es como esto genera muchos intereses en Estados Unidos y en el mundo. No será fácil que el gigante que en 20 años dejamos crecer tanto se deje adelgazar. Tiene muy buena asesoría legal y mucho dinero para seguir peleando por sus intereses y dinero. Es de las compañías más poderosas del siglo 21. No será fácil. El mensaje es que este tipo de entidades no deben de dejarse crecer sin una adecuada vigilancia y monitoreo, más que por el gobierno, por la comunidad y clientes que les dan uso.
Lo que queda claro es que Facebook tiene un conflicto interno entre sus empleados. Están divididos, entre la dualidad de lo bueno que puede llegar a ser una red social y lo provocativo y la maldad que puede generar. Por otro lado, los políticos quieren dinero para impuestos y sus campañas políticas. Y como siempre los que quedan en último lugar son los usuarios o clientes como nosotros. Los que hicimos grande y poderoso a Facebook. Los que somos dueños del contenido. Los que nos conectamos unos otros. Los que usamos todos los días la aplicación. Esos no tenemos ningún tipo de representación. Estamos hasta el último.
Facebook tendrá que hacer una campaña interna de limpia y mercadotecnia interna. Pero en serio. Ser una marca congruente porque sino poco a poco se irá desdibujando. Tardará porque es la red social más poderosa del mundo pero pronto vendrán otras que presuman libertad y se ganarán a la gente. Por lo menos por un rato más.