Hoy voy a presentarles una columna diferente, sin tanto número como de costumbre, pero con un pensamiento que creo les puede parecer interesante.
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Ahora que estamos en pleno mundial, en dónde muchos estamos muy atentos de los resultados, viendo todos los partidos posibles, las repeticiones posibles, viendo algunos goles una y otra vez, escuchando los comentarios sobre los partidos, leyendo comentarios sobre los partidos, etc… realmente invirtiendo mucho tiempo en todo este fenómeno, sumemos la colección del Álbum del mundial de Panini.
¿No será mucho? Es increíble todo lo que sucede y sucederá en estas fechas, pero me gustaría centrarme en este fenómeno de alto impacto en el mercado. Es increíble ver cómo gente que no sabe ni entiende nada de fútbol, está empecinada por completar el álbum (como mi esposa por ejemplo, que nunca ha visto un partido de fútbol).
Podría ser entendible para los fanáticos del fútbol, pero ¿cómo podemos explicar que personas que no tengan idea de este deporte se afanen en completar el álbum?, ¿cómo puede ser que se organicen en reuniones tipo “Desayuno Panini” para cambiar láminas y avanzar con el álbum?, ¿cómo puede ser que un doctor nos llame a las 8 de la noche, desde su consulta, para preguntarnos si tenemos la lámina N°557?, ¿cómo puede ser que otra mamá, que ya le completó el álbum a su hijo, ayude al resto para que lo completen, invirtiendo tiempo en seguir intercambiando láminas?
¿Cómo puede ser que muchos estén enviando sus listados de láminas faltantes, por todos los medios tecnológicos posibles, para que alguien les ayude a avanzar?, ¿cómo puede ser que se interesen en esta actividad personas de todas las edades, niveles sociales, profesiones, etc? Esto es lo que yo llamo, EXPERIENCIA PANINI.
Es un increíble ejemplo sobre lo que somos y lo que realmente compramos… una experiencia. No somos más que compradores de experiencias. Aquí radica todo. Este es el fin y debe ser la gran aspiración de cualquiera que desee ser recibido por un mercado. La experiencia detrás de la compra es lo que marca la diferencia entre ser exitoso y no serlo.
Obviamente dependiendo de la industria será más fácil o no de conseguir, pero para todos debe ser la mayor aspiración. Debemos esperar que nuestros productos sean comprados más que por lo que son en sí, por lo que proyectan, por lo que se genera con su uso o su consumo, por lo que nos permiten ser o nos prometen ser (y nos lo creemos). La experiencia lo es todo.
