Hoy por la mañana eché un vistazo a las redes sociales y observé que estaban plagadas de críticas hacia la esposa del mediático Donald Trump. Se le acusaba de haber plagiado un discurso que pronunció Michelle Obama ocho años atrás. Esto me hizo recordar la lamentable práctica del plagio de ideas y contenidos en nuestra industria.
El piratería de ideas en el ámbito BTL es muy común, y no estoy en contra de la adaptación de ideas que han sido exitosas, siempre y cuando estén bien adaptadas, con al menos un punto de diferenciación y tengan relación con el concepto de comunicación que esté usando la marca. Pero realizar flash mobs, happenings y acartonados bailes coreográficos en lugares públicos por el simple hecho de hacerlos y sin ninguna justificación o comunicación detrás, es fusilarse una idea mala y un hecho que también debería de indignarnos y provocar su crítica severa.
Con qué vergüenza podemos criticar a los demás (y no estoy defendiendo a la pobre señora de Trump ni a sus asesores de comunicación, los verdaderos tiranos responsables de arruinar su imagen de esa manera) y no mirar la paja en el ojo propio.
Pero veamos el aprendizaje positivo en el discurso de Melania Trump. Está lleno de enseñanza, no sólo nos muestra las consecuencias de plagiar otro discurso y pretender que nadie lo notará, como pueden hacer muchas marcas, sino también tiene esa otra gran lección: la importancia de crear un contenido adecuado para un canal o emisor adecuado. ¿Era realmente un discurso apropiado y bien adaptado para una persona que no está preparada para exponerse de esa forma a los medios? ¿Para alguien que no refleja en su comunicación no verbal lo que dice?
El mismo discurso no funciona bien para todos y esto es también muy claro en el ámbito de la mercadotecnia y la comunicación. Un mensaje auténtico y original, que realmente refleje una personalidad, es indispensable tanto en los individuos como en los productos y servicios.
No expongamos a nuestra imagen como se hizo de manera lamentable con Mrs Trump, más si sabemos que el contenido ya fue empleado por una persona (o marca) muy famosa y se pretende que sea concebido como auténtico.
Esto también nos da otra lección: la importancia de contratar a un equipo experimentado, profesional y ético para manejar nuestro contenido, ya que los tiros por la culata están a la orden del día gente.
