Halloween (Halloween, 1978) fue una de las películas que marcó un antes y un después en la historia del género de terror en el cine. La cinta perteneció al grupo de filmes que marcaron el inicio de del subgénero conocido como slasher, el cual llegó a popularizarse en las décadas de los 70 y 80 con grandes piezas como Pesadilla en la Calle del Infierno (A Nightmare on Elm Street, 1984) y que sería retomado a finales de los 90 con Scream (Scream, 1996). Cuarenta años después llega a los consorcios comerciales una secuela de la trama original, con la cual comparte nombre, Halloween (Halloween, 2018), la cual es nuestro evento de la semana.
Vale la pena realizar un pequeño contraste entre Halloween de hace cuarenta años, dirigido por John Carpenter, y el actual, al menos en términos de ingresos en taquilla. Uno de los pocos datos que sabemos de la película actual es que contó con un presupuesto de 10 MDD, mientras que el filme de antaño costó 325,000 dólares.
Sobre la cinta actual de Halloween no contamos aún con datos acerca de lo que ha logrado recaudar ni en preventa; sin embargo, podemos decir que la cinta de hace cuarenta años logró juntar cerca de 47 MDD desde que fue estrenada en los cines hasta nuestros días.
La actual secuela de Halloween, dirigida por David Gordon Green, además de que cuenta nuevamente con la actuación de la Jamie Lee Curtis, quien se mete en la piel de una Laurie Strode golpeada por los años y asechada por el trauma de Michael Myers, un despiadado asesino serial que lleva mucho tiempo encerrado en un sanatorio mental.
La película no sólo cuenta con referencias a la época en la que salió su versión la primera cinta, sino que también respeta algunos de los convencionalismos del más puro slasher. Sangre, tensión y scary jumps al por mayor es lo que encontrará el espectador que se anime a ver esta secuela.
