A manera de definición, las estrategias de rebranding se refieren a un proceso de renovación de la marca, la cual implica modificaciones en cuestiones de identidad gráfica (logotipo, nombre, tipografía, colores e imágenes), así como de cultura organizacional y comunicación, tanto al interior de la empresa como con el consumidor final.
El optar por hacer uso de esta estrategia de Marketing puede estar vinculada con diversas razones que pueden ir desde la entrada a un nuevo segmento de mercado, hasta mostrarse mucho más cercanos con sus clientes. Sin embargo, es preciso señalar que cada compañía define los motivos y objetivos por los cuales se genera un nuevo branding. La comunicación entre personas y la dinámica de los negocios en todas las industrias, se ha visto modificada de manera considerable y significativa, pues ahora, la inmediatez al momento de recibir mensajes y la interacción multiplataforma que se tiene, ha llevado a las empresas y al propio ser humano a cambia de manera radical en ciertos aspectos algo que, lejos de resultar perjudicial, es una oportunidad para que las marcas se reinventen y puedan establecer contacto con el consumidor en todo momento.
Ante un escenario como éste, las marcas tienen una oportunidad única para renovarse y así recolectar con sus consumidores, ser relevantes para otras audiencias y prevalecer vigentes, sin que en algún momento se pierda la esencia y valores que las han caracterizado y mantenido como líderes durante años. Son varios las empresas que han realizado este cambio, y aunque algunas han encontrado renuencia y oposición del consumidor.
Un ejemplo de lo anterior es BBVA Bancomer, que, por cuestiones de branding global, cambió su nombre a BBVA. Este rebranding provocó una extensa campaña de comunicación que ha durado meses. El consumidor ha sido renuente y, luego de dos años, sigue sin aceptar este cambio, pese a las extensas y costosas campañas en medios análogos y digitales. En palabras del propio Eduardo Osuna para El Universal en 2020:
“Lo que más interesa no es que nos llamen de una forma o de otra, sino que tengan un muy buen servicio. Nuestro mayor enfoque y lo más importante no es cómo te llamas sino cuál es la experiencia del cliente en términos de la interacción con nosotros. Lo que más nos interesa es que haya una claridad simplemente en quiénes somos. Si alguien nos quiere seguir llamando Bancomer o BBVA, como en muchos otros cambios de marca en muchas empresas en el mundo, la experiencia te dice que es un tema de adopción gradual”.
Los cambios siempre son dolorosos, dice el , sin embargo, dan una visión de frescura, reinvención y vigencia en las marcas. Aunque algunos cambios han sido polémicos, el consumidor termina, en la mayoría de los casos, aceptándolo. Ejemplo de ello son los casos a continuación.
Estrategias de rebranding exitosas y aceptadas por el consumidor
Nissan
La identidad gráfica de Nissan cambió y pasó a comunicar un rebranding minimalista con su nuevo logo.
Intel
Otra marca que cambió su logo a uno con tendencias minimalistas fue Intel.
C&A
Al parecer lo minimalista sigue de moda y C&A lo destaca en su nuevo logo; dejó atrás el rojo y el azul.
Tequila Viuda de Romero
Las estrategias de rebranding de uno de los tequilas de más tradición en México, de la mano de la agencia Padre, constó de una nueva identidad de marca (logo, sistema visual y etiquetas) que conserva a la viuda como insignia; apostando por una tipografía old-school que recuerda el mundo del tattoo clásico e incorporando elementos de estilo vintage para destacar la tradición y el legado de la marca; llegando así a nuevas generaciones sin descuidar a su público habitual.
Boone’s
Boone’s, por su parte, refrescó su imagen en todas sus presentaciones con un rediseño de las etiquetas, incluyendo gráficos más frescos de los ingredientes y actualizando los fondos con iconografía para cada sabor.