Una de las herramientas más útiles (pero, sobre todo, indispensables) en el marketing BTL e incluso en la publicidad es el pitch. Hay ocasiones en las que las agencias planes muy creativos e interesantes, cuyo impacto (de ser bien ejecutado) puede ser bastante benéfico para una marca. Sin embargo, hay ocasiones en las que simplemente los colaboradores no saben como presentarlo ante el cliente. Por este motivo, en las siguientes líneas mencionaremos algunas de las cuestiones que pueden derivar en un mal pitch.
Por supuesto, una de las cuestiones que puede arruinar por completo un pitch es la falta de seguridad de los ponentes. Aunque el material sea bueno, si es transmitido con inseguridades, lo más probable es que los clientes a los que se les mostrará también sentirán un poco de desconfianza ante la proposición que se está haciendo.
No dominar el tema puede ser también otro aspecto que derive en un mal pitch. Si quien lo presenta no es capaz de responder claramente a las dudas que tiene la gente, lo más probable es que esto genere suspicacia entre las personas. Acerca de este punto cabe destacar que todas las personas que vayan a estar presentes, deben comprender bastante bien el contenido de la proposición que se ha realizado.
Aunque sus consecuencias en un primer momento no se vean tan claramente, lo cierto es que las mentiras también pueden ser otros elementos que afecten seriamente un pitch. Igual y de momento el cliente no lo nota, pero si elige la propuesta y al final se termina dando cuenta de que es distinta a lo que se le mostró o dijo, entonces esto hará que pierda en automático la confianza que se había depositado en la idea.
La falta de claridad es otro de los problemas que pueden terminar por transformar un buen pitch en uno malo. Si no se sabe transmitir eficazmente una idea, entonces muy difícilmente el cliente sabrá de qué trata y querrá adquirirla.