Aunque han surgido diferentes modos de llegar al público, lo cierto es que, a veces, recurrir a los modos clásicos de hablarle a la gente suelen ser los más efectivos. El volanteo es uno de los métodos tradicionales de promocionar y publicitar productos, cuya sencillez sigue cautivando a más de uno. Sin embargo, hay que tener en cuenta algunos puntos importantes para que la inversión que se realiza en esta acción no termine en la basura y se aproveche al máximo.
Fernanda Ramírez, Directora General de Comunicación Spread, escribió para Merca2.0 lo siguiente: “De acuerdo con un estudio de la Stanford Graduate School of Business, más del 1 por ciento de los consumidores de ventas en “retail” determina su proceso de compra de acuerdo con información que le llegó mediante algún volante”. Sin embargo, este número puede aumentar considerablemente si se dedica mucho más trabajo y profesionalización en la estrategia de entregar volantes.
Algunas de las recomendaciones que nos hace Action Coach es que es muy importante contratar a la gente indicada para repartir los volantes, personas que cuiden su aspecto y que a su vez tengan un atuendo llamativo.
Este sitio hace especial énfasis en que el diseño de los volantes no sólo debe ser sencillo, sino que también tiene que ser llamativo. Incluso puede formar parte de una estrategia de promoción, en el que cada flyer cuenta como un cupón.
Del mismo modo que pasa en el mundo digital, el contenido es sumamente importante al momento de realizar una estrategia. No bastan darle al cliente potencial un flyer con datos sobre el retailer, sino que se le puede añadir contenido de valor para captar su atención y que incluso lo guarde.
Si bien el volanteo es una estrategia relativamente barata, lo cierto es que será bueno primero realizar una prueba para comprobar su eficacia, tanto la del material como de la campaña per se, tal como recomienda Shopify.