Es bien sabido que el marketing político BTL hace uso de prácticamente todas las estrategias que están a su disposición: microsegmentación, perifoneo, publicidad OOH y de tránsito, son sólo algunos de los ejemplos más utilizados en una campaña política. Quizá uno de las técnicas más importantes (e incluso de las más criticadas) es el volanteo (considerado por algunos como una especie de sampling). Sin embargo, en la actualizad, y a pesar de ser una de las más utilizadas, cabe destacar aún hay errores muy comunes que se siguen cometiendo, sobre los cuales hablaremos en las siguientes líneas.
Uno de los errores más obvios que se cometen cuando se está realizando una estrategia de volanteo para un candidato es descuidar la redacción de los materiales que se están ofreciendo al público. Si el mensaje no está expresado de modo claro y sencillo, es posible que el votante ni siquiera se esfuerce en leer el material y simplemente lo tire a la basura.
Por supuesto, no ofrecer información interesante ni de utilidad en los materiales que se crean para la estrategia de volanteo es considerado como otro de los grandes errores que se pueden cometer al realizar esta acción BTL y que pueden provocar también que el votante simplemente tire aquello que se le ofrece.
Por supuesto, el diseño saturado o poco prolijo de un volante también puede perjudicar gravemente la estrategia que se está llevando a cabo. La saturación puede aturdir al votante e incluso puede hacer que se concentre más en dicho detalle que en el mensaje que se quiere dar.
Para economizar recursos, podría parecer una gran idea poner a los afiliados a un partido a repartir los materiales de la estrategia de volanteo. Sin embargo, será, con mucho, preferente utilizar a personas con experiencia y conocimiento en campo para realizar esta acción BTL.