Las marcas y las empresas a lo largo de la historia se han valido de distintas herramientas de marketing para poder entablar una comunicación estrecha con su público meta. Algunas se mantienen y otras son cambiadas por algunas técnicas nuevas y más atractivas (incluso mucho más efectivas). Un claro ejemplo de esto es el content marketing, el cual, debido a que permite un acercamiento orgánico con el cliente, de ha convertido en el rey de la mercadotecnia. No obstante, aunque muchas compañías ha comenzado a usarlo, algunas no comprenden cuáles son los principios para hacer contenidos persuasivos.
Uno de los principales aspectos que hay que tener en cuenta es que la generación de textos con fines persuasivos no es nueva, ya que existe desde los tiempos de los antiguos griegos.
Por ejemplo, Aristóteles en la Retórica establece que para generar un texto persuasivo es necesario considerar a quién se dirige el mensaje, qué es lo que se quiere decir y en qué contexto será dicho. Tomar en cuenta estos datos es algo que sigue vigente hasta nuestros días.
Uno de los principales aspectos que debemos considerar para hacer contenidos persuasivos es la parte emocional. Podemos considerar que existen dos tipos de argumentos: uno que apunta hacia el sentimiento y otro hacia la razón. Lo primero siempre tiene un gran peso, por lo que hay que considerarlo al trabajar con los materiales que generemos.
En marketing, para hacer contenidos de marca que sean persuasivos, es también se puede recurrir al benchmarking. ¿Qué es lo que están haciendo otras compañías y qué es lo que les ha funcionado? De este modo, se pueden adoptar algunas ideas para tropicalizadas a nuestras necesidades.
La prueba y el error son herramientas útiles al generar este tipo de materiales. A través de estos dos aspectos podemos saber de modo experimental que es lo que nos está funcionando y qué de plano no.