El punto de venta es el lugar preferido por las marcas. En el encuentran el mejor lugar para presentarse y comunicarse con el público directamente. Algunas marcas hacen uso de material POP para llamar la atención del consumidor. Incluso, hay quienes realizar novedosas activaciones para transmitir sus valores de una manera más impactante.
Estas acciones son populares entre las marcas de alimentos y bebidas debido a que la interacción con el consumidor incrementa el posicionamiento del producto, que representa una oportunidad de colocarse entre las marcas preferidas de consumo de una persona.
Sin embargo, existe un elemento con la capacidad de lograr concretar una venta desde el primer contacto con el consumidor en el punto de venta. Hablamos del packaging. El empaque —como también se le suele llamar— es un elemento poderoso para comunicar los valores de la marca. A través de sus colores, mensajes o incluso modificaciones el consumidor puede comprender lo que la marca desea solucionar en su vida.
Por ese motivo, las compañías invierten para descubrir nuevas maneras de transportar sus productos y así convertirse en una marca más innovadora en su sector. Algunas lo han logrado. Por ejemplo, Coca-Cola, recientemente lanzó una nueva botella que rompió el concepto de su packaging. La idea consistió en modificar la tapa de su bebida para que sus consumidores la pudieran usar como bastón para tomarse una selfie. Al final, resultó una excelente campaña para Coca-Cola, que terminó en un evento con más de 17 mil adolescentes y que, evidentemente, consumieron la marca.
Por otro lado, el grupo cervecero, Carlsberg, sorprendió al mundo con una edición limitada de cerveza, que también estuvo dirigido a los jóvenes. De esta manera Carlsberg, revitalizó su marca y la hizo más atractiva para los millennials, debido a que —según la marca— están cada vez más dispuestos a cambiar y presumir sus compras de debidas.