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Sin duda vivimos dentro de un escenario convulsionado, en un escenario cambiante con nuevas posibilidades, nuevos modelos y nuevos paradigmas.
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El gobierno de la Ciudad ya publicó una serie de medidas sanitarias para el regreso a la “nueva normalidad”, entre la serie de recomendaciones están evitar el uso de joyería, corbata, barba y bigote.
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Según datos de la diputada local Lizette Clavel se estima que la caída del Producto Interno Bruto de la Ciudad de México se represente en un 7 por ciento.
Sin duda vivimos dentro de un escenario convulsionado, en un escenario cambiante con nuevas posibilidades, nuevos modelos y nuevos paradigmas. El caos siempre será un elemento necesario para generar cambios. Si entendemos al caos como una alteración de la normalidad, como escenarios inesperados.
También debemos considerar que estas alteraciones llevan intrínsecamente un proceso de adaptación que repercute al interior de las organizaciones y las personas y siempre trae consigo la esperanza de influir de manera positiva en el entorno.
El camino hacia la nueva normalidad está marcando precisamente una nueva vorágine de pensamientos que han surgido como alternativas que si se trabajan pueden cambiar el espectro tradicional no solo de modelo económico, sino de alternativas enfocadas en mejorar condiciones. Aunque no sabemos si estos cambios puedan devenir en un cambio de valores al menos hay seguridad de que la nueva normalidad establecerá nuevos aspectos en el desarrollo laboral.
Nueva normalidad y las recomendaciones
El gobierno de la Ciudad ya publicó una serie de medidas sanitarias para el regreso a la “nueva normalidad”, entre la serie de recomendaciones están evitar el uso de joyería, corbata, barba y bigote, tanto es espacios públicos y cerrados, bajo el argumento de ser reservorios de virus y demás microorganismos.
Aunque las medidas han levantado polémica pues de alguna manera es normativizar los cuerpos con medidas obligatorias, éstas solo son recomendaciones. Lo único establecido como obligatorio es la utilización de cubrebocas y gel antibacterial, permanece como recomendación el uso de googles o caretas, a esto podemos agregar el lavado de manos de manera frecuente, el no tocarse la cara, ojos y boca, y no llevar a cabo saludos donde esté implícito el contacto.
Una nueva economía producto de la pandemia
Durante esta pandemia la Ciudad de México prácticamente no paró, de alguna u otra manera el flujo de la ciudad permaneció, el 43 por ciento de las unidades económicas de la ciudad siguieron trabajando.
En la ciudad, según lo comentado por Fadlala Akabani, de la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO), el 47 por ciento de los negocios, hablamos de comercio y servicios, es decir 4 millones de plazas, se vieron afectadas.
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Uno de los fenómenos más interesantes de la pandemia es que modificó incluso hasta el giro central de las empresas. Algunos negocios tuvieron que entrar en el sector salud para sobrevivir. Es decir, la máxima de reinventarse para sobrevivir, aproximadamente ,1850 empresas tuvieron que cambiar para sobrellevar la pendemia.
Este ejercicio lo llevaron a cabo muchas fabricas de manufacturas, empresas donde antes se fabricaban uniformes, durante la pandemia se hicieron en fábrica de uniformes médicos. En plazas como las de Tláhuac, Xochimilco e Iztacalco se volcaron hacia el ámbito de la salud.
Algunas pérdidas
Según datos de la diputada local Lizette Clavel se estima que la caída del Producto Interno Bruto de la Ciudad de México se represente en un 7 por ciento. Estos diagnósticos solo agregan al argumento sobre diseñar una nueva economía que refleje las necesidades laborales poscovd 19.