A mí y muchos nos caen mal. Son los veganos. Practican el veganismo que básicamente consiste en rechazar el consumo de todos los alimentos de origen animal. Cosa prácticamente imposible hoy en día.
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Sólo consumen alimentos de origen vegetal para asumir proteínas. Pero más allá de eso, ser vegano hoy en día es un una cuestión de actitud y postura. Por cierto, no creo que lo hagan por cuestiones de imagen y para perder de peso, hasta ahora no conozco ninguna persona que practique el veganismo que esté en los huesos o con una estructura muy delgada. Más bien, los veganos son de complexión media o robusta. Lo que nos comprueba que si practicas el veganismo no es sinónimo de bajar de peso o de “Detox” o desintoxicación del cuerpo.
¿Son una nueva tribu urbana?
Quizá ahora no, pero van para allá que vuelan. No sólo es un régimen alimenticio, también implica una ideología y un agrupamiento tribal con otros de su especie. Un vegano lleva una postura contra cultural y quizá esto es lo que más fuerza les da para soportar no decorar un grandioso Ryb eye. Ojo, que este tipo de postura y estilo de vida implica un mercado emergente en franco crecimiento al que observar y detectar nuevas necesidades de compra.
Los veganos bien
Es molesto porque si es fanático, su actitud casi es la misma que un fumador que rehusa a acatarse a las reglas de consumo de tabaco. Es como cuando un fumador nos obliga a reservar una mesa en terraza y pasa por arriba de nuestros derechos. Pero sí tienen un lado luminoso por supuesto. Son los grandes filtradores para todos nosotros de lo que está muy procesado y lo que no es saludable. Son consultores en nutrición de la familia, compañeros de trabajo y amigos. Predican los beneficios del veganismo y al final, como en todo, podemos tomar lo que nos aplique o lo que nos acomode. Están generando un movimiento contra cultural que está poniendo a las marcas de consumo de alimentos a regenerarse y vigilar sus procesos para producir alimentos más saludables o así presumirlos. Son como una especie de ISIS de la comida y que nos están enseñando a entender que el comer es parte de nuestro estilo de vida y a entender que eres lo que comes. No por nada Latinoamérica y México son de las regiones más obesas del mundo. Si te encuentras con un vegano por casualidad o está cerca, úsalo como consultor nutrimental y pregunta para sacar contenido útil para tu estilo de vida.
Se les pueden vender semillas, productos vegetales orgánicos, clases de cocina y cursos de veganismo.
Los veganos mal
Son un poco incongruentes, predican mucho, pero estoy seguro que en el clóset son grandes consumidores de comida chatarra y hamburguesas. Hay niveles de fanatismo, los que son más radicales tienden a ser pretenciosos y narcisistas. Asumen que los demás que comemos normal, viviremos muchos años menos que ellos. La realidad es que cada año el índice de vida en el ser humano está más alineado a la tecnología médica, los hábitos, el deporte y en un mínimo porcentaje al veganismo. Cada año viviremos más tiempo y esto implica un problema porque, hay menos alimento para más personas que quieren comer, quizá esto del veganismo es una gran campaña de marketing encubierto para diversificar los hábitos alimenticios de los seres humanos y hacer que coman más semillas que es un recurso renovable y de auto consumo. Si es así, felicidades a los veganos que nos dejan más carne y proteínas animales porque de esto ya queda poco en formatos con menos químicos y más orgánicos. Gracias por comer menos porque nos dejan más. Entre menos burros…
