La competitividad de una empresa permite lograr uno de los objetivos más importantes: la satisfacción del cliente al mínimo coste y con los máximos beneficios.
En este marco, el desarrollo de una estrategia de marketing debe ser el primer paso para que los servicios o servicios que se ofrecen logren dar un valor único, y que de alguna manera se convierta en uno de los factores que aumenten la competitividad de una compañía en un determinado mercado.
Los productos o servicios son un elemento esencial en la economía de una compañía. Aunado a una mezcla de marketing, son los factores que promueven la generación de un flujo de efectivo.
Sin embargo, cuando en una estrategia se explota la promoción de ventas y se mantiene como la principal estrategia para la generación de ventas, encontraremos un error que llevar a la pérdida de competitividad, valor y calidad de un producto en el mercado.
Las ofertas de promoción de ventas como cupones, descuentos o concursos son acciones efectivas para generar ventas a corto plazo. Pero hay que señalar que son un elemento auxiliar de la mezcla de mercadotecnia.
De alguna manera es una actividad no tan relevante como las ventas personales o la publicidad para generar ventas. Su característica principal es una ejecución por un tiempo limitado, de modo que funcionan para aumentar la demanda de consumidor, pero no es sostenible si se prevé mantener como una actividad fija en las acciones de marketing.
La clave es agregar valor a través del producto y estimular su compra a través de una campaña de promoción de venta.
De esta manera se mostrará el valor de un producto o servicio, sin tener que rebajar su precio. Al final, las actividades de promoción de venta buscan un primer contacto con el consumidor y facilitar su compra.