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Entornos seguros

Irina Valencia, columnista en InformaBTL

Las empresas deben ser entornos seguros, no se puede seguir obviando la reflexión alrededor de las violencias que han sido normalizadas y que terminan por tener afectaciones en las personas. Recuerdo que hace más de diez años trabajaba para una agencia de publicidad y debía escribir un artículo para una revista, me equivoque en la elección de la fuente y la respuesta de mi jefe fue un grito con el que enfurecido me dijo: “me provoca pegarte”, yo solo cerré los ojos y espere el golpe, pero nunca llegó, solo estiró su mano al aire y se arrepintió de hacerlo.

Parece increíble pero este tipo de situaciones se presentan en la multiplicidad de entornos que habitamos, es como si no hubiese un lugar seguro que prevenga la violencia en cualquiera que sean sus manifestaciones.

Por eso, y más allá de mi experiencia personal, las empresas si tienen una alta responsabilidad en convertirse en un espacio seguro para las personas, libre de violencias y de estereotipos dañinos para la autonomía principalmente de las mujeres. No podemos seguir propiciando espacios que normalicen los gritos, insultos, burlas y acoso sexual como si fuera algo por lo que tenemos que pasar o que vivir.

Nadie debería ser violentado, las empresas deben instalarse la reflexión por establecer un marco de actuación que le posibilite crear rutas para la prevención, atención y derivación de las violencias con incidencia en toda su cadena de valor.

Se trata de incorporar discusiones en función de la vulnerabilidad de los públicos, de establecer acciones pedagógicas y de entender que para tener resultados y ser competitivos se le debe proporcionar las condiciones necesarias a los equipos para hacerlo sin sentirse invadidos y con libertad.

La autonomía se convierte entonces en el objeto central que posibilita garantizar que todas las personas tengan acceso a ella como derecho, entendiendo que no se puede ser autónomo en un entorno que constriñe, sesga y viola.

Así, se instala la invitación para autoevaluarnos, para preguntarnos que tan seguros somos para las personas que trabajan en la organización, como nos convertimos en garantes de los derechos humanos limitando cualquier posibilidad de acto discriminatorio y violento. La pregunta está planteada entonces ¿Nuestra empresa es un lugar seguro?

 

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