Una de las grandes ventajas de los BTL es que se prestan para ser creativos y por lo tanto para generar experiencias grandiosas, recordemos que en los medios alternos la fuerza está en la idea y no tanto en el presupuesto y que una experiencia comunica más que un simple mensaje.
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Recientemente vendimos a un cliente una idea muy poderosa, el cliente creyó en nuestra idea, nosotros no sólo creímos en la idea sino hasta nos casamos con ella y ahora lo que sigue es crearla, ¿por qué? porque actualmente no existe nada parecido a lo que propusimos y eso a veces puede ser lo complicado del BTL, pero también lo más satisfactorio, porque sabemos que la competencia no tiene ni tendrá algo como lo que estamos proponiendo.
Para que se den una idea de lo complejo de la idea, al día de hoy ya hemos consultado con actores, maquillistas y hasta con una ortodoncista, y aunque el camino ha sido largo y doloroso –literal, sobre todo cuando visitamos a la ortodoncista y no es broma- estamos creando cosas únicas, y créanme que no hay nada más bonito que ver las ideas aterrizadas y después materializadas.
El BTL nos abre las puertas a la imaginación, así que el primer paso es creer en la idea, para después, lanzarnos a crearla y precisamente en este segundo paso la imaginación debe despertarse de nuevo, para poder construir los elementos necesarios y por lo tanto crear experiencias únicas.
Precisamente lo que deben evitar los BTL es caer en lo tradicional, porque aunque no lo crean ya hay formas muy choteadas de abordar los medios alternos, por ejemplo, los pósters, los flyers y hasta los más grandes como las vallas, cuando los utilizamos como bloc de notas con imágenes, sin incluir ni un sólo elemento dinámico o experiencial.