Hay una especie de sensación que nada está pasando últimamente. Y no, muchas cosas están pasando. Se están moviendo muchos arquetipos sociales y esquemas culturales de comportamiento de consumo. Programaciones antropológicas y sí, comportamientos disímbolos rancheros. Como personas que deciden de un día para otro estudiar filosofía cuando toda su carrera fue en leyes, o quieren estudiar economía en negocios cuando tienen una licenciatura en pedagogía. Hombres que quieren usar falda y bolso y mujeres que quieren dejarse el bigote y la barba. El individualismo corre por nuestra venas y en nuestras redes sociales con millones de coaches de autoayuda que nos dicen cómo zafarnos de nuestra sociedad que durante años nos ha esclavizado para ser libres y hacernos millonarios y poderosos. Como si el individualismo fuese la salida en esta era posmoderna. Cuando se nos olvida que el hombre es un animal social que viene del simio y que necesita de los otros para no deprimirse. Que vive en grupo y muere en él. De esta sociedad vienen todos sus éxitos, poder y armas letales. Los mejores líderes se hacen del grupo. Vienen de la tribu. Y se forman en ésta.
Ahora bien, los medios también forman parte de esta dicotomía y locura esquizofrénica de la era posdmoderna. Desde hace tiempo ya venían teniendo cierta incertidumbre por el hiper contenido, por la hiper lectoría y por el contenido falso o que no es fidedigno. También aquí aparece un aspecto importante que es la comercialización de los contenidos que se han ido poco a poco diversificando a las principales redes sociales más populares, por lo cual los medios han visto más complicado el generar ingresos para sus colaboradores y sus plataformas. Si los medios tradicionales no tienen recursos económicos, insumos, por lo tanto no tienen una producción importante y entonces no pueden generar contenidos potentes que generen audiencias reales y pierden la batalla contra los generadores de contenido falso que muchas veces generan más viralidad y dinero a través de las redes sociales. Así se obtiene un círculo vicioso que da como resultado malas audiencias, con contenidos malos y malos patrocinadores. Creando un ambiente digital adverso para crear mentes sin liderazgo y que en nada innovan en estas eras modernas e hiper modernas.
¿Qué están pensando los líderes hoy para mañana?
Una de las características de la posmodernidad es la falta de liderazgo y de ideologías propias. De teoría y de tesis reales y generadas desde una base real. Este vacío de pensamiento hasta cierto punto es lógico y actúa como una consecuencia. Al no existir un contenido real y valioso, el conocimiento baja y el liderazgo escasea. Se tienen pocas ideas y poco empuje para el emprendimiento y la innovación. Digamos que los líderes están deprimidos y aletargados como consecuencia de una falta de conocimiento real porque no hay quien comparta el conocimiento. Y no existe un foro en donde los líderes compartan sus ideas y desarrollen planes y estrategias para impulsar a su tribu. Esta vez y en busca de los que está pasando en la posmodernidad busqué a Ivonne Bacha Baz, jefa editorial de la revista Líderes Mexicanos para preguntarle cómo ve desde su nicho y en su campo de trabajo a esta época que estamos viviendo y a los líderes de esta era, claro si es que los hay. Corre la video columna.