Empresas, ¿cuándo tener una app?

Sebastian Moglia columnista InformaBTL
Si todos aquellos que aún se preguntan cuándo y para qué tener una app, se pusieran por un segundo en el rol de usuarios de Apps (que prácticamente todos somos), la respuesta se caería de madura.

Hace ya bastantes años, allá por los años 2009 y 2010, cuando mobile era algo muy incipiente y la penetración de smartphones en México apenas rozaba el 15%, muchos Directores de Marketing y dueños de empresas me decían que querían tener una App. “¿Para qué?” les preguntaba yo y la respuesta, después de caras de duda, segundos de silencio y palabras que no llegaban a salir del todo era: “pues porque todo mundo habla de eso…”.

El día de hoy, varios años y muchos millones de smartphones después, sigo escuchando gente de marketing y dueños de empresas que dicen “quiero tener una app”, sin saber para qué.

Si todos aquellos que aún se preguntan cuándo y para qué tener una app, se pusieran por un segundo en el rol de usuarios de Apps (que prácticamente todos somos), la respuesta se caería de madura.

¿Cuáles son las apps que generalmente usamos? Sin hacer nombres, mencionemos algunas categorías: apps de shopping, apps de taxis, apps de redes sociales, apps de productividad, apps de viajes, entre otras. ¿Qué tienen todas ellas en común? Que las usamos con frecuencia. ¿Cuántas apps realmente usamos con frecuencia? Este número puede variar según de quién se trate, pero según estudios que se han hecho, no pasan de 10.

Contestadas las preguntas desde los zapatos de un usuario, la respuesta es clara: una app tiene sentido cuando la marca o empresa ya tiene una base de clientes fieles que va a usar la app de manera recurrente. Si una marca es nueva en el mercado o tiene una base de clientes muy pequeña, tener una app no tiene gran sentido. En ese caso, con un excelente sitio web y mobile, es suficiente. Pretender que alguien descargue tu app sin siquiera conocerte, es lo mismo que pretender que alguien se case contigo sin haberte visto nunca.

Pongamos un ejemplo fuera de las categorías de apps que hemos mencionado: si soy una marca de ropa reconocida, con una base de clientes fieles significativa, entonces tener una app para que esos clientes compren o estén al tanto de los nuevos lanzamientos, tiene sentido, si no, no, mejor gastar ese dinero en crecer la base para luego sí invertir en una app, cosa que no sólo cuesta dinero producir, si no también (y mucho) generar la cantidad de descargas necesarias para que sea rentable.

Aquí además hay un detalle que, aunque para muchos puede parecer obvio, muchas veces se pasa por alto: los buscadores como Google, hasta el día de hoy, no indexan dentro de las apps (sí en los sitios web y mobile).

¿Qué quiere decir esto? Que si alguien esta buscando “viajes a Cancún” en Google o cualquier otro buscador, la búsqueda lo va a llevar al contenido de un sitio web o sitio mobile y no al de una app. En el mejor de los casos, le aparecerá la liga para descargar alguna app de viajes que tenga o no descargada, pero eso no es precisamente lo que busca.

Por lo tanto, si soy una marca nueva o no muy reconocida y lo que quiero es que me conozcan y accedan a mi contenido y adquirir nuevos clientes, un sitio web y uno mobile es la mejor solución. La app valdrá la pena cuando tenga una base de clientes lo suficientemente grande y fiel como para que esas personas decidan descargarla y tenerla entre las pocas apps que frecuentemente usan.

La única excepción es el caso de los servicios como Uber, por ejemplo, donde la app es indispensable para el funcionamiento del negocio.

 

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