Como parte de la mercadotecnia directa, el email marketing es una de sus varias categorías que hasta la fecha juega un rol importante dentro de una empresa.
Con una campaña de este tipo se puede llegar a un segmento específico del mercado, es decir, a aquellos clientes frecuentes con los que mantienen comunicación directa constante.
Entre los objetivos que tiene este tipo de marketing BTL es comunicar a esos consumidores de promociones especiales, lanzamientos, actividades de la marca donde se pueda involucrar al cliente, cambios en cuanto a términos y condiciones, enviar felicitaciones, entre otro tipo de contenido relevante que haga de esos consumidores shoppers leales, siendo esto último uno de sus máximos propósitos.
De acuerdo con datos de Statista, 48 por ciento de las empresas en Estados Unidos considera que es pertinente incrementar sus estrategias de email marketing, y menos del 10 por ciento sugiere que desistirá de generarlas.
Y en cuanto a gasto destinado al desarrollo de este tipo de estrategia, en este mismo país invirtió 2,670 millones de dólares en campañas de esta naturaleza durante 2016.
Una ventaja que este marketing ofrece sobre otras es su bajo costo, y también que gracias a esta estrategia se impulsa la comunicación directa y el envío de contenido relevante, que influye en la fidelidad del cliente.
No obstante, es necesario que se haga un correcto diseño, se definan sus objetivos y se tenga una planeación apegada a lo que se desea conseguir con la campaña.
¿Qué acción es capaz de poner en jaque tu estrategia?
Si bien tener un mal título en el asunto de tu correo, no ofrecer contenido de valor, no hacer los envíos en horarios adecuados, o no personalizar, hay algo más que puede echar abajo toda la campaña: spam.
Entendido como el exceso de correos enviados a un mismo destinatario, esta acción puede convertirse en el peor enemigo de tu estrategia.
Cuando se mandan masivamente emails no hay ninguna garantía de que a más correos electrónicos, la apertura será mayor, al contrario, se tomará como un contenido no deseado y será catalogado como correo no deseado o spam.
Pero además de no saturar al cliente con dicha saturación, es preciso que previamente se haga una actualización de las bases de datos para estar seguros de que serán recibidos por usuarios que efectivamente son clientes tuyos y así tener mayor certeza de que tu contenido se manda a la gente correcta.