En esta época del año, el tema de los juguetes es muy popular. Las grandes empresas dedicadas a la fabricación de juguetes, trabajan todo el año en sus lanzamientos de Navidad y Día de Reyes, con el fin de competir por la creciente demanda que aparece en estos meses.
Más artículos de Vanessa Garza:
EL SILENCIO DEL 25
¿Qué es el Route to Market?
Sobre fiestas y posadas
Una de estas empresas es Hasbro, quien lanzó su nuevo juguete Montaña de Pastel de la marca Play-Doh. Estos vasitos de plastilina de colores que todo mundo conoce. El novedoso juguete es un set de elementos que incluye una herramienta dos piezas en forma de jeringa con émbolo para empujar la plastilina y decorar pasteles ficticios. ¿Alguno de ustedes nota algo raro en esto? Los pongo a prueba con esta foto porque una imagen dice más que mil palabras, ¿verdad?
Las redes sociales se llenaron de comentarios en días recientes con reclamos a Hasbro por el diseño de este aplicador, sugiriendo que era una pieza obscena para los niños. “Este es un regalo para la habitación de las mamis, no para el cuarto de juegos de un niño”, “¿Cuál fue el concepto de esto?” o “¿Por qué no podría ser esto de otra forma?”.
Hasbro respondió rápidamente a las quejas agilizando el proceso de sustitución del extrusor por otro de diseño más adecuado, poniendo incluso a disposición de los shoppers un teléfono de Servicio a Clientes en el que podían solicitar el cambio de esta pieza para quienes ya contaban con el juguete. Lo que yo me pregunto es, ¿y los niños notaron algo raro en el juguete?.
Este es un claro ejemplo de shopper vs consumer. Son los padres quienes compran los juguetes aunque los usuarios sean los niños. Pero, ¿en quién pensamos al diseñar?, ¿a quién nos enfocamos en la comunicación?, ¿son los niños realmente los decisores?
En este ejemplo podemos ver que sí. Sin embargo, son los padres quienes al abrir la caja del juguete, deciden hacer la queja levantando la voz, difundiendo su inconformidad a todo el mundo y regresando el juguete.
Los shoppers son tan importantes como los usuarios. Definir los roles de estos dos jugadores en un journey de compra que se extiende más allá del momento de compra es imprescindible si no se quiere perder el negocio.
Honestamente no creo que un niño le haya encontrado forma de nada a esa pieza y si así fue, supongo que ya está grandecito para seguir jugando con plastilina, como mencionan algunos en twitter.
¿De qué lado están ustedes? ¿Permitirían que sus hijos jugaran con esta pieza? ¿Qué razón le darían a los niños para quitarles el juguete? ¿Qué afecta más, permitirles seguir jugando inocentemente con esto o iniciar las pláticas de educación sexual a temprana edad? En mi opinión, la mente sucia es la nuestra y el que hambre tiene, en pan piensa.
Lástima que esto en temas de marketing sí sea un punto a tomar en cuenta y señalizar los errores de otros para no cometerlos nosotros con los productos que manejamos. ¿Hasbro realmente conoce al shopper mexicano? Yo ya lo pongo en tela de juicio.
Estoy impactada de que nadie en la empresa se haya dado cuenta de esto desde que se presentó el diseño para aprobación, que nadie dijera nada al hacer el diseño del empaque y la comunicación publicitaria. He trabajado con creativos y créanme, detectar algo así es como oro molido para darse rienda suelta a la diversión por la controversia.
Por favor, somos mexicanos, nos encanta defender la moralidad mientras aplaudimos un buen albur. Hasta caigo en el dilema de si somos demasiado adultos o si seguimos siendo niños.
Así que, hablando de otros temas, ¿ya saben qué le van a pedir a los Reyes? ;)
¡Feliz año a todos!
