Uno de los aspectos más regulados en las estrategias de marketing es la fijación de precios. En la actualidad, organismos públicos como la Procuraduria Federal del Consumidor (Profeco), influyen en la relación entre proveedores y consumidores.
Las tiendas minoristas frecuentemente tratan de estimular la compra de sus mercancías ofreciendo precios atractivos en base en descuentos. En México, los retailers que comúnmente lanzan más promociones son: tiendas departamentales 31 por ciento; tiendas automotrices, 21 por ciento, club’s de precios, 7 por cieto y tiendas de conveniencia, 7 por ciento, según el Departamento de Investigación de Informa BTL.
Sin embargo, en muchas ocasiones los consumidores tienen dudas sobre los precios que encuentran en el punto de venta. Por ejemplo, los materiales utilizados para destacar las promociones del anaquel en ocasiones se puede leer lo siguiente: “precio de venta sugerido”, leyenda que alguna manera puede confundir y dar una percepción errónea al consumidor sobre el precio real del producto.
Pero, ¿es injusto para el consumidor?. De acuerdo con la Ley Federal de Protección al Consumidor, “la información o publicidad relativa a bienes, productos o servicios que se difundan por cualquier medio o forma, deberán ser veraces, comprobables y exentos de textos, diálogos, sonidos, imágenes, marcas, denominaciones de origen y otras descripciones que induzcan o puedan inducir a error o confusión por engañosas o abusivas”.
Por lo cual, la información o publicidad engañosa o abusiva es aquella que “muestra características o información relacionadas con algún bien, producto o servicio que pudiendo o no ser verdaderas, inducen a error o confusión al consumidor por la forma inexacta, falsa, exagerada, parcial, artificiosa o tendenciosa”.
Por tanto, ese tipo de leyendas pueden ser en apariencia un descuento. No obstante, el principal beneficiado es el distribuidor, ya que el precio final va acompañado de un para generar una rentabilidad. Al final, puede que el consumidor resulte beneficiado, sin embargo hay que tener claro que corresponde a las marcas mostrar un precio fijo si se va a mostrar en el empaque para evitar confusiones en el consumidor.