En 1936 el gran actor Charles Chaplin estrenó su película Tiempos Modernos la cual refleja cómo era la vida laboral de aquel entonces cuando comenzaba el auge de la industrialización y automatización. Las condiciones laborales eran sumamente estrictas que robaban casi el alma de los trabajadores con largas jornadas, no existía lugar para la queja. Las personas parecían casi máquinas haciendo repetición tras repetición de una tarea ¡durante horas!
Esta comedia histórica demuestra que las grandes empresas multinacionales pasaron por un proceso donde se forjó la disciplina para sobrevivir a un entorno cambiante.
La disciplina es un valor aprendido en la cultura que lo practica, donde uno se desenvuelve, y que puede ser dominante en la idiosincrasia de algunas personas.
Nipones vs Mexas. Peleas de pesos diferentes
Los japoneses, por ejemplo, son puntuales para todo: para ir a la escuela, ir al trabajo o en eventos sociales; consideran una falta de respeto el llegar tarde. Esta cultura es reconocida entre muchas cosas por crear el sistema de las 5’s (traducido al español: clasificación, orden, limpieza, estandarización, mantener la disciplina), popularizaron el Lean manufacturing, que no es otra cosa más que reducción de desperdicios. ¡Los japoneses llevan el orden y la disciplina en su ADN!
Hablando del mexicano, muchas veces es impuntual para contextos de carácter formal e informal, no le gusta obedecer a la autoridad, cuestiona mucho y pocas veces propone soluciones; las críticas van orientadas en su mayoría hacia la ofensa, deja todo para el último, hace las cosas al ahí se va, no planea para evitar posibles escenarios en lo que haga… En pocas palabras, no le gusta complicarse pensando y carece de disciplina.
El mexa quiere resultados rapidito, y si no los obtiene, abandona la idea y se va por otro camino; es la encarnación perfecta de un cortoplacista. Alguien con estas características en su ADN difícilmente podrá tener buenos resultados en cualquier cosa que emprenda.
Emprendimiento a pasos acelerados
México vive un boom de emprendimiento impresionante, cada vez surgen más y más pequeñas empresas, aunque no todas sobreviven en parte por la ausencia de la disciplina.
Se quiere romper el molde de no tener un jefe sino un líder que guiará al éxito al negocio; desafortunadamente la ignorancia en aspectos administrativos y organizacionales provoca negocios con ciclos de vida muy breves.
¿Cuál es tu razón para emprender? Si sólo lo haces porque no te gusta tener alguien que te mande y quieres ser tu propio jefe, quizá deberías pensarlo dos veces, ya que implica una carga pesada de trabajo para que tu negocio dé frutos.
Jalones de cuello
Entendamos la siguiente analogía: para pasear a un perro es necesario ponerle una cadena para evitar que se vaya por lados indeseados o evitar que pelee con otros perros. El uso de la cadena es protección para el perro mismo, pero también para otros perros o personas que transitan cerca de él.
En ocasiones se le tendrán que dar pequeños jalones para disciplinarlo y hacerlo entender por dónde debe caminar o qué le está permitido hacer y qué no durante su paseo. Cuando ha sido entrenado, habrá aprendido a comportarse y será factible que se desenvuelva conforme a lo que ha aprendido. Las empresas son como ese amo que saca a pasear al perro; en ocasiones hay que jalar la cadena para disciplinar al perro (en la analogía representa a su personal) con el fin de convertirse en una empresa modelo a seguir.
Tu genética
Muy pocos mexicanos son los que están listos para emprender porque saben, y han experimentado que para alcanzar un nivel superior de vida es necesario pasar por momentos difíciles poniendo a prueba el intelecto, la capacidad de liderazgo, la inteligencia financiera, la ética profesional, la fibra moral, la creatividad y todo eso se logra cuando uno dispone su disciplina a su objetivo y no abandona las cosas a la primera.
¿Tú qué llevas en tu ADN?