Cuando creíamos que los mails, las llamadas, las cartas y cualquier esfuerzo personalizado, habían pasado a la historia, nos topamos con el efecto contario, pues crece con fuerza la ola de estrategias que incluyen dentro de sus planes y campañas, el uso de acciones que parten de los postulados del marketing directo.
La mercadotecnia directa es cualquier acercamiento que promueve la venta e interacción por medio de técnicas que ofrecen un producto o servicio a través de una segmentación y de actividades que generan confianza y disposición ante los posibles clientes.
En este campo existen tres dimensiones. Primero las ideológicas, en las que se establece la concepción de que este tipo de mercadotecnia se ejecuta con la finalidad de conocer y comprender al cliente, por lo que la mejora continua es una constante. En segundo termino, existe una dimensión analítica, pues la información que proporcionan las bases de datos, interacciones, aciertos y errores, debe ser el campo para desarrollar estrategias posteriores de acercamiento. Una tercer parte, es la operacional, en donde se establecen los alcances de la empresa, sus recursos y posibilidades para hacer llegar el mensaje comercial de manera precisa y oportuna.
Dentro de las ventajas, podemos visualizar su alto nivel mensurable, pues a partir de las actividades los datos surgen para poder ser codificados y luego interpretados. Un punto fundamental es la personalización y de la interactividad, lo que vuelve a cada cliente el centro de la razón de ser de la empresa, creando un sistema de fidelización si se generan las condiciones de programas de lealtad.
El marketing directo se encuentra en el auge gracias a un par de casos que nos permiten reconocer las ventajas anteriores y el poder de las plataformas virtuales, por lo que el social media se corona como un aliado en las estrategias directas de administración y comunicación de la comercialización.
Algunos de los ejemplos con mayor importancia son los mensajeros de Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter, en los cuales los segmentos están muy claros y el diálogo parte de forma horizontal, es decir, uno a uno. Vía inbox se pueden desarrollar infinidad de acciones que desencadenan en la difusión, la proyección y la colocación de bienes y servicios.
Instagram y Snap nos recuerdan la fuerza de promover las personalización efímera, el poder del media por medio de generar contenidos historiados y la respuesta directa que se da en los mismos.
Uno de los que me sorprende aún más, es What’s app, pues cada empresas, profesionales, fundaciones y medios, están apostándole a una estrategia que se basa en atender los mensajes que se intercambian por esta vía.
Desde hace meses estoy inscrito en el directorio de clientes de Adolfo Domínguez, siempre han sido buenos en el marketing directo, pues cada colección recibo una llamada de invitación para ver las novedades, sin embargo, hace un par de semanas, he estado recibiendo whats, en ellos me avisan de las promociones, rebajas, nuevos productos y demás actividades. Tengo que confesar que los he puesto a prueba con algunas preguntas, mi sorpresa es que han contestado a todo, me envían fotos, banners, por lo que la sensación es como si hubiese ido a la tienda y tuviera ganas de llevarme algo.
En medio del pesimismo por considerar que el marketing está sobreexplotado y subvalorado, existen oasis como el marketing directo que nos sugieren dar un paso atrás para ver a los clientes como personas y no solamente como billeteras.