El marketing digital bien entendido, nos ha permitido demostrar que marketing es marketing aunque este mediado a través de una plataforma, por tanto en la virtualidad permanecen las tribus y las comunidades, que se gestan en la cotidianidad, de tal modo que se da una interacción social, aunque no sea presencial.
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Así, las personas conservan su identidad pero migran en su comportamiento, buscando generar una pertenencia y filiación a las comunidades digitales con las cuales se ha identificado.
Y aunque suena muy filosófico, es la realidad una realidad que ya se está dando y es vertiginosamente cambiante, de ahí que los profesionales en marketing no pueden continuar planteando su estrategia digital de manera temerosa, pensando es que lo que mandará la parada en el futuro, que es la profesión del mañana.
¿Cuál mañana? Si esta adaptación de la realidad en ambientes virtuales, se está dando hoy, no se puede desconocer su influencia social que ha cambiado paradigmas culturales del consumidor para trasladar sus conversaciones cotidianas al mundo digital.
La interacción social exige al consumidor vincularse a la virtualidad para ser aceptado y pertenecer a una realidad que si bien interactúa en la realidad presencial, se traslada al componente digital, logrando impulsar al cambio los comportamientos.
En la virtualidad, el consumidor es más participativo, idealista, impulsivo, sueña y expresa sus sentimientos, su comportamiento inconsciente se hace más evidente.
De ahí que es un error continuar catalogando al marketing digital como la tendencia que algún día llegará, ya llegó, despertemos, plantee las estrategias de acuerdo a su público, verifique cómo interactúan en un contexto social y cómo están trasladando su comportamiento a la virtualidad, el hecho de que usted no lo conozca no significa que esto no sucede, y ese es el gran reto.
