La secta se basa en el estadounidense y escritor de ciencia ficción, L. Ron Hubbard, y surge como una supuesta filosofía laica en 1952.
En México, la expansión del punto de venta de la Cienciología se encuentra en el Centro Histórico, a un costado del Metro Hidalgo y prácticamente frente a la Alameda central. Se trata de un enorme edificio que deja ver el símbolo de su logotipo con su nombre metálico en alto.
A lo lejos se alcanza a ver la publicidad BTL de algunos pósters con frases motivacionales.
El BTL tiene mucho que aprender de estos movimientos que logran la fidelización del cliente; son historias de personajes con todo un entramado de slogans y publicidad, así como una fuerte campaña de de Marketing directo que realizan sus propios seguidores. Si se valen de la plataforma ATL en los grandes medios masivos, es un extra; pues en realidad la gran fortaleza de la Cienciología radica en su manejo de marketing BTL, en cómo se tejen redes de intereses y en consumos que los reflejan.
Esta especie de iglesia ha ganado millones y es un negocio impulsado por el motor de la mercadotecnia. En él caben los hombres y mujeres más ricos del mundo, nada más.
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