Efectivamente, me refiero a la película de 1994 interpretada magistralmente por Tom Hanks, en donde el cuate se pone muchas cachuchas y la cual es una obra maestra enfocada a la filosofía laboral moderna, porque presenta varias acciones, aptitudes e inclusive actitudes, que bien deberíamos adoptar en nuestro diario acontecer empresarial y laboral. Y para esto tengo la siguiente situación real, neta que es real.
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En la necesidad por resolver una situación de no más de 20 minutos, necesité de la búsqueda de un proveedor, nada especializado en técnicas de nada, ni en infraestructura sofisticada, vaya, ni siquiera en grandes conocimientos astrofísicos o de ciencias del espacio, nada de eso, yo simplemente necesitaba atender una aportación de tiempo y de presencia de no más de 20 minutos.
Y aquí comienza la historia…
…le llamo al primero candidato, y después de externar mi requerimiento, simplemente me mandó hasta lo más recóndito de su agenda, a varios días de distancia y con la promesa (¿promesa?) de que al regreso de viajes, juntas, atención a otras actividades, y necesitando de un análisis de requerimientos exhaustivo utilizando algún método moderno ágil o metodológicamente aceptado en el ámbito internacional, tipo PMI, hasta entonces me podría decir si me podría “atender”, eso sí, con todo gusto… (se imaginan mi cara de frustración ante tal embrollo ¿?).
Bien, le llamo al segundo, y me sucede algo muy parecido, el clásico déjame revisarlo, haber cuándo te puedo hacer un espacio, estoy muy ocupado, llámame la siguiente semana y veo si te puedo atender (como complemento de esta información, mi requerimiento se necesita atender el día de mañana, comprenderás que una semana o unos meses, representan simplemente el fracaso para mi requerimiento).
Hasta el tercer candidato, y esto bien podría ser la estadística motivo de una tesis doctoral, es que recibo una respuesta tipo Forrest Gump, recordando que cuando le decían “Corre”, pues eso hacía, simplemente corría, o cuando se regresaba a salvar a sus compañeros durante la guerra, simplemente se regresó a salvarlos, a todos!!!, o cuando le dijeron que jugara ping pong, se la pasó practicando hasta que le ganó a los dueños del deporte!!!, vaya que buena actitud y disposición tenía…pues bien, el tercer candidato, me da el ansiado “SÍ, VA”.
Hoy en día, en este complicado y atosigado acontecer diario, nos la pasamos tan estresados pensando y programando nuestras actividades para los siguientes días, semanas, meses y quizás años, que hemos perdido esa actitud de, sale, vamos a hacerlo, vamos a intentarlo, salgamos del “cuadrito” y hagámoslo, te imaginas las actividades y la atención que podríamos tener con clientes y proveedores, tanto externos como internos, si pudiéramos aplicar esta “actitud” ante la vida como lo hacía ese personaje, que sobra decir que es un personaje tan real, que hasta la muerte de su madre y de sus amigos, son alimento de su espíritu y de su motivación. Motivación por hacer…
Te motivo a que veas y vuelvas a ver con otros ojos y otro pensamiento esta buena película y que implementes estrategias relacionadas acordes a tu vida tanto laboral como personal. Y si no sabes cómo, aquí están mis datos…
