Bueno, pues en Estados Unidos de Norteamérica y con respecto al ámbito político, es ya una realidad. Partiendo del hecho de que no todo lo que leemos en internet es cierto y que además, la creación de rumores, calumnias y difamaciones es una constante en las campañas políticas, sobre todo en períodos de elecciones y cuando se trata de dar golpes duros a los contrincantes para sacudirles muchos votos de encima, nace el proyecto FactCheck.org, soportado por la organización no lucrativa Annenberg Public Policy Center y que, a partir del 2010, también recibe donaciones públicas individuales y es totalmente transparente sobre sus recursos.
La página apartidista y sin fines lucrativos, tiene el objetivo de aclarar toda esa información incierta sobre temas políticos en los Estados Unidos, desmentir falsos rumores e informar verazmente a su público sobre temas de interés político, a través de un robusto equipo de expertos en periodismo y teóricos de la política en el país, que la convierten en una referencia seria y práctica tanto para los participantes políticos como para sus seguidores.
¿Qué pasaría si en México se contara con un instrumento de este tipo, desarrollada y gestionada por una asociación independiente? ¿Qué pasaría si también hubiese un sitio así sobre marcas de consumo y servicios, donde la investigación y el análisis profundo por un grupo de imparciales expertos fuera juez y parte?
Sin duda, sería muy útil, por obvias razones para los compradores, pero también un fuerte alivio para muchas marcas, que buscarían aclarar falsos rumores o información no del todo correcta, desde un territorio imparcial.
FactCheck.org, que por cierto también emplea a la radio, a las redes sociales e incluso, a la televisión para difundir su información e investigaciones, es un término que bien podría ampliarse a otros terrenos, no sólo el comercial, sino también el ecológico y social.
Creo que coincidiríamos en que sería una herramienta muy útil y socorrida no sólo en México, sino también en toda América Latina, donde los rumores, la información “imprecisa” y las notas periodísticas piratas y no corroboradas, son el pan nuestro de cada día, ya sea en los entornos político, social o por su puesto, comercial.