El ego es algo intangible que reina sobre todos nosotros. Tiene un lado luminoso y una densa sombra. Nos gobierna y nos domina. Hace más cosas por nosotros que nosotros mismos. No impulsa y nos expulsa a hacer lo que no debemos de hacer. Se sacude moralidades y detona hambre por hacer locuras.
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Las redes sociales han tomado mucha fuerza gracias al ego. Muchos dicen que los clientes y las personas de a pie son dueños de las redes sociales. Que ahora como personas comunes y corrientes construimos y destruimos marcas. Y no es verdad o es una verdad a medias.
El verdadero y único dueño de las redes sociales es el ego de las personas y la sobra que lo acompaña. El ego toma el control de los que operamos las redes sociales. Apunta a nuestro ego emocional que vive y está contenido dentro de nosotros. Atisbamos a otro stalkeamos a hurtadillas a otros, ¿Qué las marcas no se darán cuenta de esto? En cambio, cada día veo manifiestos torpes de conversaciones de las grandes marcas en redes sociales. Es momento de inventar locuras y echarse al vacío. Quien no lo haga así de quedará muy lejos de llegar al ego real de los clientes. Carpe Diem. Por favor, sin miedo.