Desde hace tiempo sigo el tema de las campañas emprendidas a favor de prevenir el cáncer de mama, muchas son las empresas que se cuelgan el listón rosado, dejando lo demás a la imaginación, por ende olvidan que la responsabilidad social va más allá de la apariencia, pues lo que cada campaña o programa debe intentar, es resolver o amortiguar algún problema.
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El segmento de las tallas grandes
Algunas campañas no solamente son huecas, sino que a veces el cascaron es tan poco cuidado que merece no haberse sumado o expuesto, al final lo que no tiene sustancia parece un esfuerzo desperdiciado por encajar en la moda de la filantropía, lo cual nos muestra una carencia empresarial aun mayor, en la que las cosas se hacen por cumplir y no por generar el salto.
He visto campañas relacionadas a destinar recurso para la investigación, otras para la generación de espacios donde se difunda la prevención, algunas tantas enfocadas a atender a las mujeres que ya sufrieron una mastectomía. Las anteriores poseen en sus entrañas un sustento, una acción contundente y precisa, no dejan al aire la conducta de quienes reciben el mensaje.
Precisamente ahí radica el tema, en que en medio de dichas campañas se apodero de ellas el cáncer de la homogeneidad, si bien es cierto que el rosa es el color, fueron los creativos los que se pusieron restricciones. El BTL es una herramienta para refrescar la propuesta publicitaria, para hacerla cercana, una alternativa para poder relacionar un mensaje complejo dándole una cara más amigable ante las personas. Sin embargo el BTL se ha centrado en colgarnos moños y dejarnos ver flashmob en donde al final personas vestidas de rosa, nos dicen: ¡lucha contra el cáncer, tu puedes!
El motivo de ver que sucede es porque me interesa denotar que cuando las empresas no tiene clara su responsabilidad social, terminan por adoptar cuestiones que ni siquiera están ligadas a su perfil, con esto no estoy argumentando que dejemos de apoyar la prevención del cáncer de mama, lo que estoy advirtiendo es que es un campo que se ha vuelto infértil debido a su sobreexplotación, por tanto, tenemos dos opciones.
La primera es proponer publicidad realmente sorprendente y sustanciosa, en donde la conducta concluya en una acción contundente o en segundo termino, desistir de seguir la moda y buscar entonces un área en donde podamos hacer verdaderamente un motor de cambio.
En algunos casos creemos que todo esta dicho, les dejo 2 campañas que cambian el discurso, por tanto logran generar empatía con la audiencia, pero lo más esencial, conservan los atributos de su postura empresarial. Recuerde que el listón solo es el recordatorio de que podemos hacer cosas más grandes.
