Que difíciles son los tiempos de adversidad, aquéllos que ponen a prueba tu capacidad de respuesta, de transformarte, de adaptarte al cambio. Pero es más difícil querer quedarte en el mismo punto en el que te encontrabas antes de la adversidad, pues eso te deja indefenso a la espera de ser salvado u olvidado.
Pero ¿qué es la adversidad?, es cualquier situación que es contraria o negativa y por tanto representa un problema para nuestro status quo.
Todos quisiéramos que las cosas saliesen como deseamos siempre, la realidad es que la adversidad tiene un papel crucial en nuestras vidas, ya que es la forma en la que crecemos y nos hacemos mejores, más fuertes. Una vida que no te presenta adversidad, es una vida que te mata poco a poco. Bien dicen que un mar en calma nunca ha hecho a un marinero experto, y es que el conflicto y la adversidad nos obligan a salir de nuestra área de confort, ya que requieren que usemos de todos nuestros recursos para sortear con éxito el mal tiempo y salir victorioso.
¿Cuál es la mejor forma de hacer frente a la adversidad? El primer paso es reconocer que existe, y tener claro el objetivo final, se puede hacer un plan, pero se debe estar preparado para que el éste falle, pues la adversidad viene acompañada de lo desconocido y por ello deberás confiar en tus habilidades desarrolladas y ser flexible para desarrollar nuevas. Dicho de forma sencilla, lo importante es el objetivo final y la visualización del mismo.
Es un poco como el “camino del héroe”, todas esas historias que nos inspiran desde siempre, es más o menos la misma fórmula; hay un personaje o protagonista en cierto status quo, con más o menos habilidades y un día llega la calamidad, una adversidad que viene a modificar su situación y el héroe es responsable de enfrentarse a ella para salvar a todos o terminar con la fuente de cambio y, entonces, empieza su aventura. Paso a paso adquiere más o nuevas habilidades, haciéndose más fuerte con cada prueba, hasta que llega al enfrentamiento final y vence la adversidad, entonces se crea un nuevo panorama, en el que se observa un nuevo status quo y nuestro héroe es mejor y más fuerte de lo que era al inicio.
La satisfacción de haber sorteado y ganado a la adversidad no es lo único que queda cuando la vencemos, nos deja aprendizaje y nuevas habilidades que serán útiles en nuestros viajes futuros. Por ello no debemos temer cuando la vida nos enfrenta con estos momentos.
Deseo que seas mejor y por tanto que te encuentres constantemente con la adversidad.
Sé tu propio héroe.