Si resulta indispensable hacer una reunión, si es necesario desplazarse dentro de esta ciudad tan caótica, utilizando tiempo y esfuerzo, hagamos que el encuentro sea ameno, atento y verdaderamente productivo.
Hay que recibir a las personas citadas a la hora marcada, no dejarlas esperando en la recepción mientras revisas pendientes o estás en otra junta o estás concentrado stalkeando a tu crush en Facebook. Se trata simplemente de respetar el tiempo de los demás tal y como deseas que respeten el tuyo. Todos estamos en las dos caras de la moneda, como clientes y como proveedores.
Querido cliente: El trato que recibe la agencia durante las citas contigo siempre se toma muy en cuenta al momento de cotizar o contratar; de igual modo si con tu actitud nos dejas ver que trabajar contigo será complicado por caprichos o por tu mala gestión, como cuando muestras amabilidad y empatía; ser un pain también se cotiza.
Durante mi carrera he visitado centenares de empresas de todo tipo y me he dado cuenta de la manera que reciben a sus visitas. Recuerdo con mucho gusto a un gran cliente que siempre nos citaba a las 8:00 AM en Toluca. Aunque tenía que madrugar para llegar a tiempo lo hacía con mucho gusto; la motivación de ir a esas citas era –además de la puntualidad- el buen café (preparado en una máquina profesional) que me ofrecían al minuto de mi llegada. Comenzábamos a hablar de la vida, después nos adentrábamos en los temas concretos de la reunión. La percepción que tengo de ellos es muy buena, tanto como marca como personas.
Y está el contraste de las empresas que he visitado y en las que te reciben con un café soluble, un vaso de unicel, crema en polvo y una cucharita de plástico. ¿Es en serio? ¿Ése es el café que ofrecen a sus invitados? Cuando me encuentro en esa situación termino diciendo: “No, gracias, mejor agua.”
Ofrecer café de calidad no tiene que ver con tu facturación ni con el trato que das a las personas que te visitan, pero sí dice mucho de lo importante que es para ti trabajar con ellas. Los proveedores que acuden contigo lo hacen para apoyarte y hacer más competitiva tu empresa; los clientes vienen y van, pero los buenos proveedores no. A ésos hay que retenerlos, tratarlos bien, entablar una buena relación que hará que todo fluya más rápido y mejor.
Tenerlos contentos, cruzar esa línea delgada entre ser un simple proveedor a que sea un aliado estratégico, eso hará la diferencia. Aumentará el compromiso profesional y hasta moral. Estoy seguro que tener buenos proveedores hará que siempre tengas clientes, ya que estarás entregando proyectos de calidad y no dudarán en ayudarte cuando tengas un bomberazo.
Trata bien a tus proveedores y clientes, sé amable, respeta los tiempos, interésate por ellos y por favor no pidas cosas con urgencia para entregarlas ayer y tardes tres meses en pagarlas; recuerda lo que decía: todos estamos en las dos caras de la moneda. Si un día nos visitas en la agencia habrá puntualidad, un buen trato y un Nespresso esperándote.
¡Arrivederci!