Los productos naif provienen de la corriente artística naif, que consistía en que los aficionados podían incursionar en el arte y competir con los “profesionales”. De alguna manera el espíritu BTL tiene algo de intuición que no requiere acercarse a la academia, sino entender a lo naif como producto popular, inocente y fresco. Los productos con estas características son parte del mercado Below The Line.
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Los productos naif tienen gran potencial para las ventas BTL, no sólo en Marketing directo desde el punto de venta, sino porque estos productos ya están arraigados en el consumo nacional.
Lo popular se enfrenta a las grandes producciones en masa, a la industria dominante para dar paso a un producto resultado de una expresión cultural en todos los ámbitos: desde nacimientos, objetos de barro, vírgenes de Guadalupe, banderas patrias, sombreros charros; hasta comida típica que se puede llevar a otra plataforma de lanzamiento.
Del naif a lo llamado naco
Según la Real Academia Española es el “estilo pictórico caracterizado por la deliberada ingenuidad, tanto en la representación de la realidad como en los colores empleados”; esta inocencia casi infantil, estos trazos y ángulos simples también se reflejan en los diseños de los productos.
Algunos piensan que naif es naco, de manera despectiva, porque es una relación que se hace con lo popular; sin embargo, son visiones muy distintas. Generalmente los productos que se consideran “nacos” son llamativos, mientras que lo naif es demasiado simple como para resultar tan llamativo.
El auténtico parecido de lo naif se puede encontrar en los productos de diseño pop. Este tipo de arte produce a gran escala y con propósitos de marketing. Es indudable que en tiempos de globalización, el BTL tendrá que voltear a lo hiperlocal; es decir, aquello que sea tan regional como de impacto global.
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