La creatividad BTL también está en las calles y afortunadamente no siempre por los suelos. Esa chispa que inesperadamente estalla, motivada por la necesidad de captar nuestra atención para sumar unos cuántos pesos más, siempre es digna de reconocerse.
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Nuestro cerebro, que va por el mundo rechazando todo ese exceso de información y filtrando sólo la que necesita en ese momento, suele ser generoso con los mensajes que ingeniosamente se muestran en nuestro entorno y rompen con la monotonía diaria. Aquellas acciones que a los profesionales nos dan la lección, que demuestran con hechos que la creatividad es de quien la trabaja y no siempre requiere de grandes presupuestos para llamar nuestra atención y propagarse.
El BTL amateur, ese con el que nos topamos a la vuelta de la esquina, es quizá también el único recurso con el que cuentan las pequeñas empresas para diferenciarse, cuando no basta ya con tener un local bien ubicado, una buena fachada, o estar en un sitio con alta demanda. Ahora es preciso echar mano a la creatividad y jalarnos del cerebro con un mensaje perspicaz. Lo cierto es que no podemos ser indiferentes a ellos, quizá no provoquen una compra impulsiva, pero si nos robarán un poco más de atención, tal vez la suficiente para atraparnos con otro mensaje o lograr que metamos las narices y echemos un vistazo más largo y con mayor atención a lo que se nos ofrece, en lugar de simplemente, pasar de largo.
He aquí algunos ejemplos de BTL amateur, iniciativas que nacen en las calles y en las mismas viven intentando robarnos unos segundos más; en los mejores casos, nuestra empatía, quizá con ella surja también la venta. Al menos, se hizo la lucha, y eso es mucho mejor que nada.