De vuelta en el mundo del deporte, un jugador sin aparente motivación se levanta la camiseta que es parte de su indumentaria deportiva y muestra el nombre de una reconocida firma de apuestas. Pequeño momento en que se puso esta cuenta en la mira de los televidentes y audiencia del partido en cuestión.
En Paraguay la marca de desodorantes Axe realizó una acción muy atrevida en una carrera de mujeres. La marca patrocinadora del evento fue Rexona, sin embargo Axe ejecutó una acción que lo puso en boca de todos.
Cabe mencionar que ambas marcas son de Unilever, lo que nos deja sospecha de que todo fue bien montado. Sin embargo, mucha gente no sabe que ambas marcas son de la misma empresa y lograron su objetivo disruptivo.
En los Juegos Olímpicos también se tiene la posibilidad de cometer “por error” publicidad no autorizada. Por ejemplo, sin querer, el deportista en esta imagen, se aísla un poco del bullicio de las personas que vitorean a sus favoritos en el recinto de competencia, y sale al área de competencia con uno audífonos de una marca que no es la patrocinadora estelar.
Sin embargo, para hacer ambush marketing no se requiere mayor complicación. Ahora vemos a un grupo de mujeres que portan con orgullo y sensualidad ropa en la que predomina el color anaranjado. No llevan una marca o algún slogan, pero esto es suficiente para que se haga distinción de los colores y el público piense en las marcas que compiten directamente, quizá el patrocinador oficial y el que no se hizo acreedor de los encabezados en este evento deportivo.
Al final, las bellas mujeres fueron sacadas del estadio por promocionar una cerveza que no era la patrocinadora oficial y fueron vetadas. Una de ellas, parte del grupo organizador de la acción, pisó inclusive la cárcel.