A pesar de que el comercio electrónico en México no se equipara con el nivel de penetración que registra en países como China o Reino Unido, sí ha crecido de manera significativa en los últimos años, situación en donde los pagos online han contribuido notoriamente.
En 2018, la Asociación de Internet señaló que las tarjetas de crédito y débito fueron las alternativas de pago más utilizadas por shoppers mexicanos (65%), seguidas de monederos electrónicos (33%) y depósitos bancarios (12%).
Si bien la diversificación de dichos métodos ha permitido que más clientes se acerquen al e-commerce, al aceptar dinero en efectivo contra entrega, los pagos online han ganado terreno poco a poco, hecho que se ha visto beneficiado por empresas que integran a sus negocios códigos QR, el uso de PayPal, tarjetas de regalo de algunos retailers como Amazon o Mercado Libre, entre otras opciones, haciendo que el canal online se fortalezca y sea adoptado por una mayor cantidad de personas.
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¿Qué se toma en cuenta al hacer pagos online?
Aunque la conveniencia es un factor que determina, en varias ocasiones, el uso de un determinado pago en e-commcerce, existen otros elementos que tienen un gran peso en los compradores cuando se disponen a realizar pagos online, pues al haber un manejo de datos personales y bancarios, la decisión de liquidar un bien o servicio de determinada manera se toma considerando no solo la disponibilidad del método.
En el Estudio de Métodos de Pago y Fraudes 2019, elaborado por la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), este organismo relevó que son 5 los principales factores que un shopper mexicano toma en cuenta.
- Si se trata de un sitio web confiable, es decir, que tenga la designación HTTPS, por ejemplo: 28%.
- Monto a pagar: 23%.
- Si el método de pago da la opción de liquidar a meses sin intereses: 19%.
- Si se ofrece algún descuento al pagar con cierto método online: 14%.
- Una preselección de la alternativa de pago: 10%.
Estimaciones de Statista indican que para el año 2022, los ingresos por ventas online en México podrían alcanzar más de 28,000 millones de dólares.
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