Parece producto de ciencia ficción, pero es real, las drogas auditivas, también conocidas como sonidos binaurales están más vivas que nunca.
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Descubiertas desde 1939 por el investigador alemán H.W. Dove, supuestamente generan en las personas el mismo efecto que las drogas alucinógenas. El menú incluye drogas como speed, crack, acohol, opio y marihuana. Lo único que hay que hacer es tener un par de audífonos, descargar un archivo mp3 y cerrar los ojos.
Acerca de su funcionamiento y efectividad se sabe poco, algunos dicen que funcionan gracias a tonos por frecuencias diferentes en cada oído, pero otros tantos aseguran que tan solo provocan un efecto placebo.
Lo cierto es que en Internet ya se pueden encontrar varios sitios para descargar este tipo de contenidos gratuitamente o con un costo aproximado de 30 dólares.
Hasta el momento no existe alguna ley que las prohíba, a pesar de que se asegura que generan adicción y efectos secundarios como las drogas tradicionales.
Si actualmente la música adecuada en una tienda puede hacer que compremos más o en un restaurante que comamos más o más despacio, imagínense lo que podrían provocar este tipo de drogas en los consumidores. Yo siempre digo que el marketing es tan solo una herramienta, como un cuchillo lo es para un médico, con el cuál puede dar vida o quitarla o como un martillo para un constructor con el cual puede crear o destruir.
Queda en nosotros, los expertos en marketing el darle un uso correcto a este tipo de avances tecnológicos.
