Un tercio de las decisiones de compra se toman basadas en la apariencia del empaque, de acuerdo a una investigación de la agencia The Paper Worker. Es más, tomando en cuenta sólo el packaging un 52% volvería a comprar una marca, y un 90% decidiría adquirir un producto si cuenta con empaque premium. Pero, ¿qué pasa cuando se usa como herramienta de marketing social?
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Como parte de un proyecto escolar para la marca Sharpie, en la Escuela de Publicidad de Miami idearon un empaque en el que se invita a donar para la conservación de los rinocerontes y evitar la casa furtiva.
La acción es simple, pero a través del packaging edición limitada en el que se coloreó el cuerno de este mamífero para crear awareness e invitar a la sociedad a ser parte de la solución de este problema.
De la misma manera, un packaging es la principal arma de una estrategia de marketing social en Brasil en una campaña de adopción de perros realizada por la marca de cerveza Bamberg, que en su packaging promociona a diferentes cachorros y los describe con el afán de que encuentren dueño.
Para llevar a cabo esta acción below the line se diseñaron al inicio seis botellas distintas en las que se muestra la fotografía del can (a modo de logotipo) y se describe al perro en cuestión, esto para despertar un mayor interés entre el público meta.
Sin duda, el hecho de usar el packaging como el centro de una campaña de marketing social se trata de una estrategia novedosa que, más allá de tratarse de una edición especial, como lo suelen hacer las marcas de bebidas alcohólicas, es un medio de comunicación social.