Este 17 de marzo se celebra el día del sueño. Es una celebración relativamente reciente, inicio en 2008, como iniciativa de Asociación Mundial de Medicina para concientizar sobre los problemas relacionados con el sueño y como resolverlos.
Si aterrizamos esto a México, encontramos que en el 40% de los hogares hay cierta preocupación por los problemas para dormir. En el 20% de los hogares hay algún integrante que cuenta con problemas para dormir o de sueño, pero solo un 4.5% que padece de estos problemas los trata. En contraste, en un 20% de las familias, a pesar de que no sufren un problema de sueño, buscan métodos para prevenirlo.
Un remedio casero, que incluso es milenario, es el uso de “hierbas y/o flores” para preparar tés o infusiones para descansar plácidamente. A este tipo de bebida también se recurre si se está estresado (pasiflora), hay dolores de estómago (manzanilla o hierbabuena) o incluso cuando se requiere más energía (té verde). Para dormir, para la gripa, incluso para tratar dolores de cabeza hasta para mejorar el aliento o calmar la piel irritada se toma té. Aunque no es la única razón para tomar té, si bien la mayoría tiene beneficios como ser antioxidantes, varios ayudan a la relajación muscular y son diuréticos pero también se toma simplemente por gusto (como es mi caso).
En 2016, la mitad de los hogares mexicanos compraron té para preparar en casa. En sí gastaron $55 en esta bebida y se compra en promedio 3 veces al año. Visto de otro modo en un año se compran 5 cajas de té y se pagan en promedio $11 por cada una. 11% del té que se compra es funcional, es decir, se busca que tenga un beneficio en la salud.
El sabor que más se compra es manzanilla: 42% del té que se compra para el hogar es de este sabor, seguido de limón 19%. El 3er lugar lo ocupa el té verde 8.2%, otro clásico es la hierbabuena, que representa el 6% del volumen de la categoría. En todos los casos se refieren a los que vienen empacados (en sobres o bolsita).
Es en el Valle de México donde está más desarrollado el consumo de té en el país, donde 7 de cada 10 familias lo compran en un año y gastan 22% más que en el resto de la república. En cuanto a los compradores, está más desarrollado en niveles altos y medios, principalmente en hogares donde no hay niños y donde el ama de casa es mayor de 50 años.
Como la mayoría de las bebidas cálidas, su compra es principalmente en los meses de invierno siendo el principal diciembre (donde el 11% del té que se compra en un año es durante el último mes del año), seguido de noviembre, octubre, enero y febrero.
Es una bebida funcional pero que también se toma simplemente por gusto en diversos momentos del día. En Inglaterra tiene su propio momento del día durante la tarde, pero en México se acostumbra tomar antes o durante el desayuno así como después de la cena, justo antes de dormir.
Si alguien tiene un problema de sueño, lo mejor es que acuda con su médico para conocer el origen de esta molesta afección, pero seguramente productos como el té podrá ayudarles en ciertos momentos.