La segunda campaña se trata de una idea sin precedentes, pues en los restaurantes de comida rápida de KFC se instauraron mesas que producían sonido, la campaña, como era de esperarse se llama Sound Bite y fue desarrollada por la agencia creativa Ogilvy en Sudáfrica. Una campaña que dotó a los espectadores de una experiencia sensorial inmersiva que pudieron compartir en redes sociales.