En días pasados Zaira Salazar decidió recuperar su camioneta, a falta de una fotografía del vehículo publicó un austero dibujo en un sitio de ofertas de Sonora, lo anterior fue el inicio para la búsqueda del auto, pero también el detonante de una historia rentable para las marcas y su publicidad.
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El fenómeno se convirtió en viral, la tragedia nos revela la sociedad en la que vivimos, por una parte llena de desafortunados hechos, mientras que por otra, una comunidad (por lo menos virtual) atenta a los acontecimientos y dispuesta a ser tan alegre incluso sobrepasando los limites, pues la bandera actual supone que por tal de encontrar sucesos que salgan de lo común, estamos dispuestos a ridiculizar las tristezas ajenas. Vivimos una época bastante aburrida como lo aseguran varios investigadores, por tanto, cualquier ”anormalidad” alborota las redes para erguirse como un nuevo tópico replicable.
Luego de iniciados los juegos del hambre, digo de las redes, en donde todos tenemos la oportunidad de ser tributos y al mismo tiempo generadores de estrategias y contenidos, la pick up modelo 91 fue encontrada, sin embargo, la dueña se ausentó del celular y las redes debido al acoso y los alcances producidos, parecía que el desenlace de cuento se tornaba desolador, luego tal hecho nos produjo varios casos de análisis y éxito en materia de marketing, el primero de ellos fue el generado por un lugar de ensaladas que al ver la camioneta desbalijada, se ofreció para donar la batería.
Por otro lado las empresas por medio de sus agencias, creativos y encargados de redes sociales, saturaron lo que los mortales ya habían hecho suyo. Me tocó presenciar esfuerzos de FAMSA, de los helados Dairy Queens, los sitios informativos y de noticias, los blogs de marketing, Hot Wheels, las agencias de autos, créditos y aseguradoras. Nissan dormido en su laureles permitió le comieran el mandado, pues la competencia lanzó un reto para obsequiarle una camioneta a Zaira con el lema “olvida lo perdido, llévate una Chevrolet Trax 2016”.
Lo anterior nos demuestra una encomienda primordial en la publicidad, ya sea ATL o BTL, se basa en la generación de innovación en el mensaje, pues como ya esta muy dicho, nos encontramos inmersos en una rutina de contenidos, la apuesta es darle valor a esas propuestas, incluso llegando a extremos en donde el contenido es fielmente elaborado por los consumidores, usuarios y compradores.
Por otro lado, lo visible es la necesidad de soporte 24/7 pues las estrategias no pueden esperar a que llegue el lunes o a que la agencia decida poner a trabajar a sus creativos, la tarea es activar el perfil de cazadores, para entonces ser pioneros, aunque como es sabido en el mundo animal, cuando se caza una presa otros estarán atentos de ir tras una de las partes, sin importar cual, algunas se llegan a conformar con la carroña.
Cuando aseguramos que todo está dicho en el marketing (como algunos lo han dicho del arte) nos topamos con la noticia que un anuncio clasificado mal montado puede ser la nueva tendencia, es ahí cuando los grandes genios desdeñan lo hecho, pues no salió de su talento, sin permitirse entonces ver la gran área de oportunidad, pues en el mismo mundo del arte se nos revela la clave, algunos lo llaman plagio, elaboración de intertextos o robo a ojos vistos, pues como sabemos hay pocas cosas nuevas bajo el sol, pero con las que hay, podemos crear la ilusión de que ayudamos a engendrar una.
