- Por si no tenemos suficiente con los influencers, ahora toma fuerza el perfil de los desinfluencers aquellos que advierten a sus seguidores de productos (carísimos) que no merecen la pena.
TikTok, Instagram, Twitter, Twitch, Facebook, YouTube están llenos de gente diciéndonos qué comprar. En este entorno sobresaturado y lleno de publicidad, era inevitable que muchos se quemaran, por eso ha emergido el perfil de los desinfluencers.
Una tendencia que ha tomado por asalto principalmente a TikTok. Mientras que los influencers nos dicen por qué necesitamos un producto, los desinfluencers nos convencen de lo contrario. Aunque no es de sorprender en absoluto el auge de la desinfluencia si tomamos en cuenta que vender todo el tiempo es agotador y que te digan todo el tiempo que un producto es milagroso también cansa.
La recesión global ya ha afectado la forma en que los anunciantes abordan las campañas, ya que las audiencias son cada vez más sensibles debido al aumento del costo de vida. Pero la tendencia no solo fue causada por la economía, es una respuesta de las propias redes sociales.
Recordemos que hace unos años, TikTok era auténtico porque no era tan tomado en serio. Las marcas no estaban invirtiendo en los creadores. Era un lugar donde no había presión. Ahora la presión ha alcanzado el punto de ebullición.
En la era actual que ya se ha lanzado TikTok Shop, lo que permite a los usuarios realizar compras directamente desde la aplicación sin intermediarios de terceros, los creadores ganan una comisión al vincular productos de shopping a sus videos.
Como los influencers ganan dinero recomendando productos, ya le temen a los desinfluencers, aunque en el deber ser no tendrían de qué preocuparse, toda vez que esta tendencia evite que las personas vinculen su identidad con lo que compran, sin embargo, la tendencia se está poniendo de moda.
Los populares speeches para desinfluir suelen referir: “Hay muchas cosas que compré que son simplemente basura, así que pensé en compartir… Solo quería ayudar a la gente a ahorrar dinero”.
Aunque puede parecer extraño que los desinfluencers recomienden productos comparándolos con otros, se justifican queriendo “compartir conocimientos” e irónicamente, sus videos se han convertido de “creadores de contenido” a desinfluenciadores.
Es posible que toda esta tendencia sea una parodia, pero incluso después de que muera el hashtag #deinfluencing, el apetito por la autenticidad y la honestidad permanecerá. No hay nada nuevo en afirmar que ciertos productos no funcionan y, de hecho, tales afirmaciones pueden ayudar a las empresas a lanzar productos nuevos y “mejorados”.
Otras notas que también te pueden interesar:
YouTube busca derrocar a TikTok con Shorts y un presupuesto de 100 mdd para influencers