Hoy en día sus predecesores nos sorprenden, algunos nos sacan sonrisas y otros tantos nos ponen los pelos de punta. Nos tocó vivir en la época en donde los hombres emparedado son ejemplo de buen gusto a comparación de lo que a diario apreciamos.
Cuando Movistar hizo su aparición en nuestro país, lanzó una campaña con chavos azules y verdes ataviados con casetas portátiles de telefonía, en ellas podías llamar de manera gratuita con la finalidad de conocer el servicio y mismo tiempo, eliminar la idea de su poca cobertura.
Otro tipo de BTL que llegó para quedarse es el de aquellas personas que van por la vida patrocinadas por todas las marcas, su ropa es prácticamente un muestrario ambulante, las marcas que portan son estridentes pues sus logos son demasiado evidentes por su gran formato, colores contratantes y texturas de estampados fáciles de identificar.
Igual pasa con los accesorios como joyería y relojes, maletines, bolsas, fundas de celular, tabletas y computadoras, incluso los lentes ahora son un escaparate para albergar logotipos en sus patas y micas.
Existe otro tipo de publicidad corporal más alternativa, se trata de los tatuajes, perforaciones y extensiones, tal vez usted no lo crea, pero existen personas que se dibujan sus marcas y productos favoritos, sus personajes y cantantes, su parque de diversiones, la ciudad de sus sueños, incluso palabras y frases en el idioma de moda (aunque no estén seguros del significado).
Para superar a los tatuajes llegaron los cortes de cabello, los perfilados y ahora los tienes, haciendo de la cabeza el nuevo espacio para los mensajes publicitarios. Difunden marcas tan comunes y ordinarias como las deportivas, las de autos de lujo, las de ropa, o en su caso, como la foto de galletas Oreo, bebidas energéticas y programas de televisión. A últimas fechas me sorprendió ver tatuajes de partidos políticos, pues cuando creí que lo había visto todo, llega algo para demostrarme que aún hay cosas por las cuales levantarse y sonreír (o llorar).
Lo interesante es que ente bloggers, influenciadores y estrellas del ridículo, las marcas están encontrando nuevos espacios, espacios que parecían ser parte del pudor y la privacidad, para así comprobarnos que en esta vida, todo tiene precio, si no para todo lo demás existen, BTL o una tarjeta maestra.