Varios han sido los espacios públicos que han sido intervenidos por jóvenes creativos o por empresarios con un alto capital. Estos procesos de intervención son justamente los que dan pie a una gentrificación, es decir, a la transformación no sólo de barrios sino a la renovación del poder adquisitivo en zonas urbanas.
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La gentrificación es un proceso de transformación urbana donde la mayor secuela es el desplazamiento de una población de escasos recursos a una con mayor nivel adquisitivo. Ahí está el caso del centro de la Ciudad de México, que gracias a la mano de Carlos Slim pasó de ser un lugar obrero a un espacio habitado por gente de clase media.
La gentrificación puede entenderse desde dos vertientes distintas: por un lado la parte donde una zona es mejorada, llegan empresas transnacionales, y hay una mayor oferta de consumo.
Por la otra, hay una imposición que altera un nivel de vida. Un cambio de paradigma que puede afectar el modus operandi tradicional de un segmento de la población.
Un caso que presenta las dos aristas de la gentrificación es la tienda Cereal Killer en Londres. Se trata de un establecimiento relativamente nuevo, cuyo giro comercial es la venta de cereales de importación. Es una propuesta nueva, ya que en aquel lugar no hay una cafetería parecida, ni por los productos que vende ni por los hombres que atienden el lugar: un par de hipsters.
El detalle es que la tienda representa una amenaza para los manifestantes anti-gentrificación, ya que la cafetería está ubicada en uno de los barrios más depauperados del centro de Londres, y según, los inconformes, la venta de cereal a un precio mayor de lo que normalmente vale ha hecho que otros comercios incrementen sus precios y que las familias menos pudientes abandonen el lugar.
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