Vivimos en una época dorada para la innovación de los negocios en muchos sectores. Entre ellos, uno de los que más destaca es el del entretenimiento. El claro ejemplo de esto son los servicios de video on demand, también conocidos por sus siglas en inglés como SVoD, como es el caso de Netflix, Prime Video y, uno de los más recientes, Disney+, los cuales han cambiado no sólo el modo en el que las personas ven contenidos, sino la industria en general de la televisión. Un caso interesante de innovación que tuvo en su momento un ascenso meteórico seguido de una caída estrepitosa es el de Moviepass, que forma parte de Helios & Matheson, que se ha declarado formalmente en bancarrota en los Estados Unidos, según dio a conocer la empresa.
Moviepass, que fue un suscripción a través de la cual las personas podía ver en los cines las películas que quisiera, siempre y cuando se viera una al día, nació en 2011, pero a partir del 2012 tuvo la consigna de acercar al público a los complejos cinematográficos, a un precio considerablemente bajo. Para lograrlo, en 2016 comenzó a implementar una tarifa plana (esto es, se establece un costo por un servicio que puede ser utilizado de manera prácticamente ilimitada) de 99 dólares al mes.
Sin embargo, con la finalidad de ser más competitivo Moviepass comenzó a bajar sus precios: primero, en 2016 fue la mitad del costo original, para el 2017 (cuando su participación mayoritaria fue adquirida por Helios & Matheson, empresa que ha anunciado su quiebra) se cobraban 9.95 dólares.
Si bien es cierto que la empresa buscaba balancear sus ingresos a través de un amplio volumen de suscriptores y la venta de publicidad segmentada, lo cierto es que para las cadenas de cine no resultaba práctico tercerizar un servicio que podían brindar por sí mismas (que, en el caso particular de México, no existen, aunque Cinemex y Cinépolis sí cuentan con sus programas de lealtad). Adicionalmente a esto, Moviepass comenzó a acumular deudas para mantener su modelo de negocio y también quejas de los usuarios debido al incumplimiento del servicio que ofrecían.
Para comprender mejor la caída de esta marca, es importante mencionar algunos datos: de 2016 al 2018, la empresa pasó de tener 20 mil a 3 millones de suscripciones; sin embargo, de acuerdo con información de Statista, para abril de 2019 esta cifra se contrajo hasta los 225 mil suscriptores. Sin embargo, ya para octubre se veían venir los problemas, puesto que el brand awareness que tenía la firma no era del todo bueno, pues según información de Morning Consult, el 54 por ciento de las personas había escuchado hablar de este producto, pero nunca se suscribirían, mientras que el 37 por ciento ni siquiera había oído hablar de él.