En entrevista, Héctor Gutiérrez Calderón, director general de Inmersys, dijo que hoy día no se trata de tener realidad aumentada por tenerla, pues hay sedes o puntos de venta donde los consumidores no son asiduos a la tecnología o no tienen el tiempo para vivir esta clase de experiencia en el canal.
La realidad aumentada es una industria relativamente nueva en México, por ello es que en el mercado no abundan las empresas especializadas en la materia, ni tantas activaciones de esta índole en el retail.
De acuerdo con Jorge Arturo Martínez Yen, director de ventas y marketing de Inmersys, el uso de la realidad aumentada depende de los objetivos de la marca, pero también de las condiciones del mercado.
Sabemos que Samsung Gear, por ejemplo, es un teléfono para una categoría triple A, difícilmente vas a tener una cantidad impresionante de personas que tengan este dispositivo. Entonces, el uso de la realidad aumentada depende mucho del público meta al que esté dirigido el proyecto.
Además, hay que considerar la naturaleza de las tecnologías. Según Gutiérrez Calderón la realidad aumentada iría más enfocada a campañas donde la marca tiene algo palpable y le quiere agregar un valor. Pero si su objetivo es encerrar a los consumidores en un mundo paralelo es mejor la realidad virtual. “Ahí tienes mucha más libertad en decidir qué es lo que la gente va a experimentar”, aseguró.
Hoy día, el costo para una acción como esta en el punto de venta varía según los objetivos de cada marca, pues pueden ir desde los 25 mil hasta los 600 mil pesos.
Un dato relevante es que para la realidad aumentada hay un collage de clientes, ya que ninguna categoría es exclusiva para este tipo de tecnologías de la información. Son elementos visuales e interactivos que abonan sobremanera en la experiencia de los consumidores. El detalle es saber con exactitud en dónde utilizarla y a quién ofrecérsela.