Ejemplos de restyling en el marketing BTL abundan. Por ejemplo, hace algunos días los clientes de Uber comenzaron a ver como la imagen de la famosa empresa comenzó a cambiar. Otro de los que han resultado muy llamativos es el del popular “Negrito” de Bimbo, el cual se ha quitado a la persona afrodescendiente de sus empaques y lo sustituido una persona con otra tonalidad de piel, además de que acortó su nombre, por lo que ahora se llama “Nito”. Sin embargo, ¿qué cuestiones motivan a una empresa a realizar uno de estos procesos?
Hay que recordar que las marcas con entidades vidas, por lo que (igual que una persona) crecen e incluso, si permanecen inmutables por mucho tiempo, llegan a envejecer. Para evitar esto, es necesario que las firmas hagan un restyling periódicamente, con la finalidad de mantenerse de adaptarse a las tendencias predominantes en las nuevas generaciones (y, por extensión, a los nuevos consumidores).
Puede llegar a ocurrir que una marca cuenta con una personalidad y valores, pero por alguna razón no logran empatar con la imagen que presenta la firma, por lo que los clientes no terminar por sentirse conectados con ella. Precisamente este es otro de los momentos en los que será conveniente que una firma realice un proceso de restyling, con la finalidad de trabajar en representación que sea más fiel a lo que busca trasmitir y que sirva como lazo para estar más en contacto con la gente.
Otro de los motivos por los cuales las empresas suelen realizar un restyling es después de una crisis de marca fuerte. De este modo, algunas firmas buscan limpiar su dañada imagen.
Con la finalidad de adaptarse a su contexto actual o los principios de una época, las empresas pueden participar en este tipo de procesos para transformar su imagen.